Pasar de tener su propio negocio a ser empleados con temor al desempleo es el viacrucis que enfrentan los emprendedores chihuahuenses ante la crisis económica que ocasiona la contingencia sanitaria.
La familia Cano es reconocida en las calles del Centro de la ciudad por tener más de 15 años alimentando a los chihuahuenses con las reconocidas gorditas y tacos de papa, además de otros platillos, que los han llegado a posicionarse como punto de referencia de la capital, algo que comienza a perderse con la contingencia sanitaria impuesta ante el Covid-19.
De los más de cinco integrantes empresarios, al menos dos de ellos debieron cerrar las puertas de sus negocios ante la falta de ingresos por la reducción de consumo.
Rafael Cano explicó que uno de sus hermanos cerró su negocio desde hace un mes por la imposibilidad de seguir pagando el sueldo de sus empleadas y los precios de los insumos alimenticios, por lo que actualmente cambió la vida de empresario por la de empleado al desempeñarse como ayudante de soldador.
Situación a la que él mismo teme enfrentarse en un par de semanas: “No tardamos mucho en cerrar porque apenas estamos sacando para el chivo. De momento no cierro el negocio porque de aquí saco para comer, apenas sacamos para sobrevivir el día”, explicó.
Ante la posibilidad de perder el negocio con el que sustenta a toda una familia, Rafael comenzó a planear la venta de sus propiedades y materiales del comercio como un método para seguir percibiendo un ingreso. “Ese es el detalle, y ya después volverse uno ratero y Dios dirá”, dijo.
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