Muchos usuarios de servicios financieros tienen tarjetas de crédito o débito que ya no usan, pero que tampoco han cancelado. Esta situación puede traerles problemas económicos y de seguridad, ya que las tarjetas inactivas pueden generar comisiones, intereses, fraudes e incluso robo de identidad.
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Una de las condiciones que tienen los bancos con las tarjetas de crédito o débito es la inactividad, que puede causar inconvenientes a los usuarios. Para prevenir esto, se deben tener en cuenta algunos aspectos importantes.
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¿Cuánto tiempo debe pasar para que desactiven una tarjeta?
El plazo máximo para tener una tarjeta de débito o crédito sin saldo ni movimientos es de tres meses, pues después de ese tiempo, la tarjeta queda inactiva y se te impide realizar cualquier transacción con ella.
Pero esta no es la única consecuencia, pues según la CONDUSEF, si pasan tres años de inactividad, la institución financiera que emitió el plástico notificará al titular, 90 días antes, que la tarjeta pasará a estar inactiva permanentemente.
Esto significa que perderás el acceso a tu cuenta y a los recursos que tenga disponibles en ella, los cuales pueden ser destinados a la beneficencia pública después de seis años de inactividad. Además, el usuario seguirá acumulando las comisiones y cargos recurrentes que se hayan establecido en su contrato, lo que puede afectar su historial crediticio en el Buró de Crédito.
Esto sucede si no cancelas tu tarjeta
Además de todo lo mencionado anteriormente, estas puede suceder si no cancelas tu tarjeta de crédito o de débito si ya no la utilizas:
Ser víctima de fraudes: al no utilizar tu tarjeta por un largo tiempo y no cancelarla, terceras personas podrían utilizar tu información para cometer actos ilícitos.
Incrementa tu deuda: en el caso de una tarjeta de crédito, si tenías una deuda, esta va a aumentar en grandes cantidades según la tasa de interés de cada banco.
Disminuye tu capacidad de crédito: los bancos revisan tu historial cuando solicitas algún crédito, por lo que si no cancelaste una tarjeta y no saldaste tu deuda, te negaran un préstamo.
Para evitar estos riesgos, lo más recomendable es cancelar las tarjetas de crédito o débito que ya no se usen, realizando el trámite correspondiente en la institución bancaria. Para ello, se debe firmar un documento, dejar la cuenta en ceros y devolver el plástico. Así, se evitan posibles cobros de comisiones, se libera el historial crediticio y se protege la información personal del usuario.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), ofrece orientación y asesoría a los usuarios que tengan dudas o problemas con sus cuentas bancarias, a través de su página web, sus redes sociales, su teléfono 800 999 8080 y sus oficinas en todo el país.
También se puede consultar el Buró de Entidades Financieras, una herramienta que permite conocer el desempeño, las comisiones, las sanciones y las reclamaciones de las instituciones financieras que operan en México.