Rosario es una inmigrante mexicana que inició trabajando como asistente de recepcionista y llegó a ser la 41° Tesorera de los Estados Unidos, en la administración de George W. Bush en 2001. Se convirtió en la primera mujer en asumir el cargo sin haber nacido en los EU. Ella compartió algunas de las claves del éxito con las mujeres chihuahuenses que participaron en el foro “Mujeres haciendo negocios”.
Bajo la conferencia magistral titulada “Venciendo obstáculos” , Rosario Marin garantiza a las mujeres que son más grandes que los retos que enfrentan, sólo basta con creerlo y extender las alas para volar, porque tienen la capacidad y potencial para avanzar.
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“Si yo pude, bajo circunstancias muy difíciles, ustedes también pueden lograr sus propios sueños, objetivos y propósitos”, recalcó que el mundo merece los talentos de las mujeres chihuahuenses.
Ante la audiencia femenina mencionó que sin duda no será sencillo, porque lo que en realidad vale la pena ni es fácil, ni barato ni fácil, requiere desvelos y arduo trabajo.
Durante su conferencia, relató que llegar a ser tesorera de EU no fue un camino sencillo, primero porque no sabía inglés y segundo porque ella tenía 14 años cuando su familia decidió emigrar ante la falta de dinero. Salieron de la CDMX a Tijuana para llegar a California, donde a la postre, se convertiría en concejal y alcaldesa de Huntington Park. También fue secretaria de la Agencia de Servicios de Estado y Consumidor en la administración gubernamental de Arnold Schwarzenegger.
Es una de las mujeres latinas más importantes de la historia, jamás se minimizó al no saber inglés, sino que se propuso aprender el idioma, para demostrarse a sí misma que nadie ni nada podría detenerla. A los tres años de haber llegado a los EU se graduó de preparatoria dentro de las alumnas más destacadas académicamente. “No importa la circunstancia, tu sabes quien eres, no permitas que nadie te límite”.
Sus padres decidieron que su hermano siguiera en el colegio, mientras que ella tendría que trabajar y podría estudiar en sus ratos libres. Ingresó a la Universidad Estatal de California en Los Ángeles. A la par, se desempeñaba como secretaria en un banco en Beverly Hills, donde sus jefes habían estudiando en universidades muy prestigiosas y contaban con más grados académicos. No se sentía menos que nadie.
En el banco empezó como asistente de recepcionista, pero a los seis años empezó su ascenso. Era muy feliz tras haberse casado con otro inmigrante. Su vida cambió con el nacimiento de su hijo Erik, quien tiene síndrome Down, quien durante los primeros 5 años de vida, enfrentó la muerte. A Dios le imploraba que no se lo llevará. Hoy en día él sigue siendo esa luz de su vida. Luego volvió a embarazarse pero a los 4 meses perdió a la bebita. Dejó su empleo y ello trajo problemas económicos y médicos. Se olvidó de sí misma para dedicarse a su hijo, llegó al grado de que su dolor y su sufrimiento la hacían desear morirse.
En ese momento, no se imaginaba que iba a trabajar con un gobernador e iba a ayudar a las personas con discapacidad. Su trabajo en pro de las personas con discapacidad ha sido reconocido.
Rosario Marín compartió con las mujeres algunos valores que han guiado su éxito: siempre haz lo correcto aunque duela; da lo mejor de tí, pero demuestra lo que eres en lo pequeño, ya que recordó que uno de sus jefes le dijo: si no te puedo confiar una cosa pequeña, como te voy a confiar las grandes. “Todo lo que hago lo haré de la mejor forma que pueda, no para demostrarle a nadie, sino para mí. La última aplicación de empleo que llené fue para asistente de recepcionista, los demás empleos han llegado solos”.
Otra de sus claves es trata a la gente como quisieras que traten a la gente que amas (padres pareja e hijo), recomendó que traten a las personas con respeto y cariño.
La conferencista instó a las mujeres a cumplir su misión haciendo lo que hacen todos los días, pero haciéndolo bien, con amor, compromiso y ahínco. Las invitó a dejar este mundo mejor de como lo encontraron.
Rosario mencionó que hay cuestiones que en su vida fueron muy difíciles, entre ellas haber sido víctima de abuso sexual por parte de su tío abuelo, “La gente ve lo bonito, ve las fotos de la Casa Blanca y no saben lo qué uno lleva dentro, pero no importa el daño que alguien te haya hecho, tú puedes salir adelante”.
Retomó una frase de un juez de la Suprema Corte de EU, “Lo que está detrás de nosotros y enfrente de nosotros es diminuto, en comparación a lo que está dentro de nosotros”, recomendó que lo que pasó fue duro, pero hay que dejarlo atrás, porque los retos que vienen son más grandes, pero sin duda las mujeres son más grandes que ellos.
Las exhortó a ir por el mundo rompiendo obstáculos, porque la valentía no es la ausencia del miedo, es la capacidad de dominarlo.