Héctor Yépez Martínez, exmiembro de la Asamblea Nacional del Ecuador y director del Centro de Arbitraje y Mediación de la Universidad “Espíritu Santo”, destacó la importancia de formar líderes en el poder y la trascendencia de vivir una cultura del encuentro sin satanizar al otro porque piensa diferente.
“A todos los que quieren involucrarse en la vida pública, y sobre todo a los católicos que quieren involucrarse en la vida pública, no se puede ser cristiano en privado y luego defender lo contrario en público. Todos necesitamos, sea cual sea nuestra forma de pensar, vivir coherentemente nuestros principios, y si todos hiciéramos eso, tendríamos un México mejor, un Ecuador mejor, y un mundo mejor”, manifestó.
Asimismo, destacó también que estamos llamados a vivir una cultura del encuentro, a no satanizar al otro porque piensa diferente; refirió que la pandemia y la crisis económica actual nos demuestra que tenemos que encontrar soluciones comunes, “entonces no se puede desde un gobierno nacional o local simplemente imponer y arrasar con el otro, necesitamos acuerdos de largo plazo para salir adelante, y la escuela de Líderes Católicos en Chihuahua y en otras partes de México es un ejemplo sobre cómo se pueden ir construyendo estos espacios de encuentro, de diálogo para servir a los demás”, señaló el entrevistado.
Y es que quien además dirige la academia de Líderes Católicos en Ecuador, precisamente visitó Chihuahua capital para colaborar con la escuela de Líderes Católicos de Chihuahua, abordando varios temas con la comunidad.
Uno de éstos tuvo que ver con la ecología integral que –explicó- parte del respeto a la naturaleza: la doctrina social de la Iglesia plantea a cuidar la casa común, a ser administradores responsables de la naturaleza, pero indicó que ello aplica no sólo para el medio ambiente, sino también para el propio ser humano y la sociedad.
“Cuando hablamos de ecología integral, hablamos de respetar la relaciones sanas con el medio ambiente, con el propio ser humano, con la familia, con la sociedad, para tener una relación armoniosa”, fue parte del mensaje que emitió en la universidad La Salle en Chihuahua, derivado de la evitación de Líderes Católicos.
Asimismo, tocó el tema de políticos en la vida pública con valores cristianos, pues existe una iniciativa por parte de la Iglesia en toda Latinoamérica, Estados Unidos, España, de formar líderes con principios católicos.
Yépez Martínez destacó que México es un país referente para toda América Latina, y que todo lo que repercute en México tiene repercusiones en el continente. “Desde el punto de vista católico, tiene un significado muy especial por la Virgen de Guadalupe, que es una devoción no solamente mexicana, sino continental”.
Agregó que en cuanto a la política, desde la academia se quiere a gente con valores cristianos en todas las tendencias políticas. “La fe trasciende a los partidos e ideologías y lo que nosotros aspiramos es a formar líderes en todas las tendencias políticas”, dijo.
En este sentido, hizo referencia a la propuesta de prohibir manifestaciones religiosas en lugares públicos, específicamente con la colocación de Nacimientos, lo que catalogó como un atentado no sólo contra la fe, sino contra las libertades, “porque la misma libertad que tiene un católico para expresarse la tiene un ateo para también pronunciarse”.
“Esto no se trata de defender una fe en concreto, sino que a veces, y si se ve desde afuera, que los políticos mexicanos quieren ir en esa línea, y confundir el Estado laico con el Estado antirreligioso: este primero no es un estado antirreligioso, es un Estado que permite todas las expresiones religiosas y eso es lo que hay que defender y que el mismo derecho que tiene un católico para expresarse lo tiene un evangélico, musulmán o un ateo, y esto también tiene repercusiones por ejemplo en la educación, pues hay que defender el derecho de cada familia para decidir los valores sean los que fueren con los que educa a sus hijos”, añadió.
Por otro lado, al ser cuestionado en relación con la contingencia sanitaria y sus implicaciones, resaltó la trascendencia de la cohesión social, argumentando que durante la pandemia se agravaron muchas desigualdades en el mundo, citando como ejemplo la educación.
Detalló que en Ecuador, como en otros países, se optó por las clases virtuales, que si bien generaba ciertas problemáticas entre las familias, pero al menos tenían las herramientas para ello, a diferencia de todos aquellos que no tuvieron acceso a la educación, lo que empeora las desigualdades.
Lo mismo ocurrió con el acceso a la salud, por lo que consideró que esto debe llamar a la reflexión de que “nadie sale solo, y tenemos que salir juntos como comunidad si queremos superar la pandemia”.
“Incluso en medio de la pandemia se dijo que ojalá que la situación nos hiciera entender ciertas cosas, inclusive la gente tuvo un espíritu de solidaridad, de reencontrarse con valores humanos, algunos incluso con valores religiosos; pero vemos que después de la pandemia, el ser humano sigue siendo como es con sus virtudes y defectos, y creo que hay que volver a esas reflexiones básicas”, finalizó.