Crometofobia, crematomanía, y dismorfia del dinero son trastornos financieros que pueden provocar ansiedad, insomnio, pensamientos negativos e intrusivos, presión en el pecho, dificultad para respirar, pánico, náuseas y una disminución en la calidad de vida, detalló la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
La crometofobia es un trastorno que consiste en un miedo extremo o pánico irracional a gastar dinero, donde la persona suele experimentar diversos niveles de incomodidad y ansiedad cuando planea o realiza algún gasto, a tal grado que busca la forma de evitar desembolsar dinero lo más posible, llegando a extremos de optar por dejar de consumir algunos servicios o necesidades básicas como ir a alguna consulta médica, comprar comida nutritiva, mantenimientos de casa, aislarse socialmente y más.
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Una persona que sufre este trastorno puede tratarse con psicoterapia, además de comenzar a tener autocompasión, paciencia y adoptar poco a poco algunos consejos financieros que le ayuden a prevenir gastos excesivos o deudas, tales como hacer un presupuesto con el que podrá controlar cuánto gasta y en qué.
Aunque no está reconocida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), la crematomanía tiene que ver con la adicción al dinero o acumulación de bienes. Algunos de los síntomas para identificarlo son: las personas piensan en dinero mucho tiempo, creen que el dinero da la felicidad plena, no disfrutan de sus logros profesionales, suelen aprobar o desaprobar a las personas según su economía, se sienten insatisfechos de la vida, entre otros.
La sugerencia es solicitar apoyo profesional que ayude a entender que las personas no se miden por su riqueza, además de contar con una red de apoyo (familiares y amistades) con los que se pueda hablar abiertamente del problema. También plantearse metas financieras realistas y alcanzables, ayuda a evitar compararse con otros.
Mientras que la dismorfia del dinero se caracteriza por padecer de una visión distorsionada o alterada de la economía personal, ocasionando que la persona perciba que tiene más dinero del que realmente cuenta, teniendo como consecuencia que tome malas decisiones financieras realizando gastos que sobrepasan sus ingresos. Generalmente se presenta en personas con un buen poder adquisitivo y en jóvenes de la generación Millennial y Z.
De igual forma este trastorno suele presentarse en personas adineradas, ya que éstas se encuentran presionadas por mantener el mismo nivel de ingresos, además de creer que nunca es suficiente.
Causas: Debido a la cultura de consumo que es explotada en redes sociales, las personas más jóvenes suelen estar presionadas socialmente para alcanzar estándares de vida elevados y deseando “ser ricos” como los influencers, provocando que compren ropa, maquillaje, viajes y demás; muchas veces a meses sin intereses y manteniendo un nivel de endeudamiento elevado.
Para estos casos también es recomendable basar las decisiones financieras a través de un presupuesto, así como buscar la asesoría de un planificador financiero que te encamine a llevar unas finanzas más sanas. Asimismo, lo mejor será reducir el tiempo que se pasa en redes sociales para así evitar la ansiedad o frustración por no poder adquirir ciertos productos, al igual que tomar cursos de finanzas personales de forma constante, ya que las personas con dismorfia del dinero pueden volver a recaer.