Hace cinco años, Casa Chihuahua exhibió bocetos, esculturas, pinturas, fotografías y objetos personales de Antonio González Orozco. Hoy su tierra natal lamenta el deceso de uno de los grandes muralistas mexicanos, con una trayectoria de más de 60 años en las artes plásticas.
Aquel día de julio, don Antonio se mostró emocionado al ver sus pinturas, pinceles, paleta, tubos de pintura y el viejo estuche de madera hecho por él mismo exhibiéndose en el antiguo Palacio Federal.
“Es una gran satisfacción presentar algo de lo que ha sido mi experiencia como pintor, desde luego es una vocación que vamos desarrollando en la vida, cada quien a lo suyo, según los lineamientos que le marca su vocación”, dijo el artista a Mira! (hoy Gossip).
En aquella ocasión le acompañaban su hijo Antonio González Arriaga y su nieta Isabela, entonces de 11 años, que para orgullo del abuelo seguía sus pasos en el gusto por el dibujo y la pintura.
La exposición “El chihuahuense Antonio González Orozco, uno de los grandes muralistas mexicanos”, estuvo abierta al público del 23 de julio al 26 de octubre de 2015, en las salas Centro y Norte de Casa Chihuahua Centro de Patrimonio Cultural.
Enorme legado
El mural tiene una trascendencia mayor que la pintura de caballete, decía el maestro, “puede contemplarlo muchísima gente, no es igual un cuadro que adquieres, lo pones en tu casa y lo ven unas cuantas personas. Una pintura en un edificio público la pueden ver miles de personas por tiempo indefinido, sobrevivirá al autor y seguirá hablando de él durante muchísimos años”.
Ejemplo de ello es “Juárez, símbolo de la República contra la intervención francesa”, que pintó en el Castillo de Chapultepec y que se ha reproducido en millones de portadas de libros de quinto de primaria y en “Juárez, el republicano” de Josefina Zoraida Vázquez. Por cierto, los cerros Coronel, Santa Rosa y Grande aparecen al fondo en el lado derecho de la obra como un guiño a sus raíces, de las cuales siempre estuvo orgulloso.
Otros murales conocidos, patrimonio artístico de los mexicanos, se encuentra ahí mismo: “Entrada de Juárez a la ciudad de México” (1967), el cual conmemora el centenario de la llegada del presidente Benito Juárez con su gabinete a esta ciudad, después de cuatro años de andar errante para restaurar la República en la capital del país.
Asimismo, “La Revolución de 1910” (1976) mide más de 15 metros de longitud y se encuentra en la casa que habitó Francisco I. Madero en San Pedro de las Colonias, Coahuila. También el Hospital de Jesús en la ciudad de México cuenta con una obra del artista chihuahuense, titulado “Historia de la medicina en México”.
Lo anterior, sin dejar de menoscabo “La república peregrina”, en el Centro Histórico de Parral, Chihuahua.
Trayectoria
Nacido en Chihuahua el 10 de mayo de 1933, González Orozco iniciaría su formación artística con el muralista Leandro Carreón en su natal Chihuahua, a la edad de 20 años. Decidió estudiar en la Antigua Academia de San Carlos en la Ciudad de México entre los años de 1953 a 1958. Es en 1953 cuando tomó un curso sobre muralismo con Diego Rivera, lo cual consolidó su vocación.
Su obra se exhibió por primera vez en 1960 en una exposición organizada por la Universidad de Chihuahua y hasta la fecha se ha presentado en varios países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Polonia y Rumania.
Trazaría una línea pictórica distante y un tanto experimental a la de sus maestros Carreón y Diego Rivera.
Te recomendamos: