La camarguense Lucha Villa es una de las artistas más importantes en la cultura popular mexicana. Dotada de una voz poderosa y bella, así como belleza y presencia, dejó su huella en la música y en el cine de nuestro país, y el día de hoy cumple 86 años.
De manera triste e inesperada, la “Grandota de Camargo”, tuvo que abandonar su carrera hace 25 años, en 1997, cuando enfrentó graves problemas de salud a causa de una cirugía cosmética realizada que salió mal.
Y es que, durante la cirugía de liposucción, tuvo un paro cardiorrespiratorio, probablemente provocado por la anestesia. A causa de esto, entró en coma y fue llevada al Hospital Muguerza de la ciudad de Monterrey, donde pudieron salvar su vida. Sin embargo, los médicos informaron que Lucha Villa había pasado algunos minutos sin oxígeno ni irrigación sanguínea en el cerebro.
Cuando la cantante salió del coma, presentaba problemas de lenguaje, viéndose obligada a atravesar un largo proceso de rehabilitación en el que tuvo que aprender de nuevo a leer y a escribir.
Ante esto, tuvo que abandonar el proyecto de una telenovela en la que estaba participando, así como la producción de un disco en el que trabajaba. Por su parte, los hijos de la artista demandaron al centro médico en el que ocurrió la desgracia.
Las capacidades lingüísticas y motrices quedaron comprometidas. Y desde ese ya lejano verano de 1997 la carrera artística de Lucha Villa terminó. Pero no así su legado en la historia de la música y el cine mexicano. Y en la actualidad, la cantante, se ve feliz a lado de su familia y amigos, y en su perfil de Instagram podemos disfrutar sus fotografías.
Un gran legado
A inicios de los años 60s, la chihuahuense comenzó a trabajar como modelo, dada estatura y su belleza natural. Sin embargo, los éxitos con los que se disparó su fama vinieron de la música y posteriormente del cine.
Temprano en su carrera, el mismísimo José Alfredo compuso canciones para que ella las interpretara, entre las que se cuentan «La media vuelta» y otras grandes canciones como «La mano de Dios», «Que se me acabe la vida», «Amanecí en tus brazos».
Bendecida con la amistad del gran José Alfredo, pronto incursionó en el cine. De manera que en 1964 obtuvo papel protagónico femenino de El Gallo de Oro, película de Roberto Gavaldón, sobre un guión escrito por Juan Rulfo, adaptado por Gabriel García Márquez.
Esto sólo fue el inicio de una larga lista de decenas de películas, y decenas de discos musicales, que le dieron un papel protagónico en la cultura popular mexicana a lado de personalidades como Lola Beltrán.