Las risas no se hicieron esperar desde el primero hasta el último minuto de la obra “Muerte por causa fatal” de Peter Gordon, que el Grupo de Teatro Enrique Hernández Soto del Instituto Tecnológico de Monterrey llevó a escena el fin de semana con cuatro funciones en el Teatro de Cámara Fernando Saavedra.
En esta ocasión no se dieron programas de mano y como en una auténtica película en blanco y negro, los créditos aparecieron en la gran pantalla antes de comenzar.
En la segunda función encabezó el reparto su directora Lillián Viveros en el papel de Mildred Bagshot, acompañada de Ana Karina Cano (Dorothy), Gerardo Granados (Bunting), Ottmar Rivera (Charles), Ariana Terán (Margaret), Andrés Samaniego (Pierre), Sara Escamilla (Elizabeth) y Clarisa Olivas (Joan).
Destacaron Carlos González encarnando al inepto y despistado inspector Pratt y Matías Barraza en el papel del alguacil Thomkins, quien inevitablemente resulta blanco de sus torpezas.
Ambientada en una alejada casa de campo de la década de los 30, esta divertidísima comedia de suspenso está llena de asesinatos, caos y maravillosos personajes al más puro estilo novelístico de Agatha Christie.
Como la vecina Joan Maple, una mujer bastante inoportuna pero con habilidades detectivescas; el coronel inglés Charles Craddock, quien insiste en haber visto antes al señor Bunting, un mayordomo alcohólico y algo irreverente; el comerciante de arte francés Pierre Marceau, su amante y otros, que mantuvieron al público intrigado tratando de descifrar la identidad y el móvil del asesino, pero sin parar de reír.
En las otras tres funciones alternaron Karol Serrato (Mildred), Roberto González (Bunting), Arturo Sánchez (Charles), Irian Pérez (Margaret), Mauricio Alonso y Andrés Carrillo (Pierre), Priscila Grado (Elizabeth) y Fátima Rodarte (Joan).
El final resulta totalmente inesperado, pero lo sentimos, se nos pidió de la manera más atenta “guardar el silencio, perdón, el secreto”.
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