De acuerdo con la propia Karely Gómez, una de sus máximas aspiraciones en la vida es ser importante en el medio artístico. Con su integración al equipo de María José en el reality La Voz… México, la semana pasada dio un paso enorme. Pero no lo dio sola: sus paisanos adoptivos, de Cuauhtémoc, están con ella en esta su más reciente aventura.
Para nada es casual esto último. Más bien es una cuestión de reciprocidad, pues la cantante avecindada en la Puerta de la Sierra jamás duda en apoyar a cualquiera en aquella comunidad, sea porque montó un negocio, porque necesita algo o simplemente por el gusto de promover lo bien hecho.
Tampoco lo que le está pasando es obra del azar. Es producto de una carrera bien encauzada que desde niña empezó a recorrer, solidificando más ese periplo con estudios en el Conservatorio de su tierra natal (Chihuahua) y posteriormente, con su destacada participación en organizaciones musicales donde su mejor carta de presentación ha sido su voz, tan hermosa como auténtica.
Pero también su carácter fuerte que le ha permitido abrirse paso en la siempre difícil palestra de la farándula. La conjunción de esas cualidades no sólo hicieron que las sillas de Belinda y “la Josa” se voltearan hacia ella durante su exitosa audición, sino que permitieron que Karely se diera el lujo de escoger “coach”. En ese sentido, María José “la jugó” bien al revelar gratos recuerdos de la Tierra de las Tres Culturas.
Y es que a las cansadas se nota que, aparte de cantar, la gente de Cuauhtémoc es algo muy instalado en su corazón: “Es muy servicial, apapachadora, te tratan para hacerte parte de ella”, comentó al respecto.
A las puertas de una enorme oportunidad en lo que más le gusta hacer, no la tiene tan fácil, pues en este país históricamente los participantes de los realitys sólo “viven un momento” y son más recordados los jueces y coaches. Tiene a favor su forma de ser y talento, que depende de ella en este momento destacar y sobre todo, el apoyo de los chihuahuenses que se alegran por el paso dado.
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