Cuando Valeria Mazza estaba próxima a cumplir 50 años, le surgió la idea de recapitular su carrera en una docuserie donde retratara todo el camino que recorrió para convertirse en una de las modelos latinoamericanas más importantes del mundo.
Así nació Valeria Mazza: Un sueño dorado, un proyecto que concibió junto con su esposo, Alejandro Gravier. “Empecé a pensar en toda mi vida, lo que había hecho y lo que había pasado. En una de esas charlas divertidas, inspiradoras y profundas que tengo con mi marido, se nos ocurrió esta idea para contar todo hasta acá”.
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Su sueño no siempre fue ser modelo, pues de niña deseaba convertirse en nadadora. Sin embargo, la vida la llevó por otro camino, e inició su carrera en los 90, con 14 años de edad, a la par de otras figuras hoy consolidadas como la mexicana Elsa Benítez y la venezolana Patricia Velásquez.
Su belleza llamó rápidamente la atención de las marcas, y tras aparecer en una campaña internacional de Guess, pronto la convocaron para desfilar en pasarelas de reconocidos diseñadores como Versace, Armani, Ralph Lauren, Donna Karan, Dolce and Gabanna, Dior y Valentino.
“Empezamos a trabajar, fue algo muy emotivo, recordar y tratar de revivir emociones de muchas de las cosas que he vivido. A partir de ahí empecé a colaborar con una guionista, a poner ideas y armar un guion, viendo de qué manera contar mi historia”, explica sobre el proceso creativo.
Los obstáculos y la industria
Uno de los temas que se aborda en el documental es el conflicto que tuvo la modelo debido a la constante necesidad de mantener una figura delgada, para así entrar en los vestidos.
“Sufría un montón, la exigencia es muy grande, y marco muy bien que el límite siempre debe ser la salud. Porque no todas debemos hacer el mismo sacrificio para entrar en los vestidos, pero en mi caso había que hacer sacrificios”, recuerda al respecto.
Hoy considera que la industria está un poco más abierta, pues por lo menos se habla sobre el tema y está la puerta abierta a mostrar personas de tallas grandes. Sin embargo, advierte, la carrera de una modelo sigue siendo muy demandante.
“La veo como la de un deportista o un bailarín, empiezas muy joven y tiene un período muy corto. La herramienta de trabajo es tu físico y tú cuerpo, está al servicio de. Hay que saber poner tus propios límites, la moda es más abierta y habla de este tema, pero todavía hay que seguir entrando en el vestido”.
Al referirse a la ropa que viaja de las pasarelas a las tiendas, resaltó la importancia de “que esté traducida en tallas que nos entren a todas. Hoy ya lo veo como una mujer de 50 años, primero no me gusta que me vendan moda a mí en un cuerpo de 20 años, y después si algo me gustó pero no hay en mi talla, eso me hace sentir muy mal”.
Planes a futuro
Según asegura, este documental es “un punto de partida para todo lo que se viene”, pues todavía tiene muchos proyectos en puerta para los próximos años, siendo su familia el más importante de ellos.
“En el plano personal disfruto enormemente ver crecer a mis hijos, cómo mi esposo y yo los hemos educado. Ver que ellos toman su camino. Disfruto del sacrificio que he hecho como madre, y de la pareja que tengo (con quien ha estado casada desde 1998)”.
En materia profesional presentará un nuevo perfume la próxima semana, y le gustaría incursionar en la televisión. “Ojalá que haya Valeria para rato”, finalizó.
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Valeria Mazza: Un sueño dorado cuenta con la dirección de Juan Irigoyen, se estrena este 8 de octubre en la plataforma Paramount+.