Cumple "Lobito" seis años como can guardián del Palacio Alvarado tras haber sido rescatado de una vida de maltrato y sufrimiento. Según informó Martín Márquez, encargado del recinto, el perrito fue amarrado en uno de los postes cercanos al lugar y en una noche de invierno del 2018 uno de los guardias escuchó al perro lamentarse y aullar, por lo que se le ofreció ayuda. Ahora, a seis años del acontecimiento, es todo un atractivo para niños, niñas y adultos, quienes además de conocer el arquitectónico edificio, también pasan a saludar a "Lobito".
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Este pasado 21 de noviembre el Centro Cultural Palacio de Alvarado, en Parral, celebró el aniversario de uno de sus colaboradores más fieles: Lobito. Un perro que fue rescatado en el 2018 por el personal de esta casa museo.
Martín Márquez, encargado del sitio, explicó que en el 2018 escucharon a un perro lamentarse en las cercanías y al buscar de dónde provenía aquel ruido, encontraron al can amarrado en uno de los pilares del edificio.
De inmediato se le atendió para rescatarlo y darle un refugio temporal en el lugar, y aunque en varias ocasiones se decidió darlo en adopción y llevarlo a su nuevo hogar,"Lobito", como fue llamado, regresaba al museo, por lo que finalmente se decidió dejarlo de manera permanente.
Martín Márquez señaló que en el 2021 se le detectó un cáncer en el cuerpo, y aunque parecía que no lograría superarlo, gracias al apoyo de veterinarios locales y a la solidaridad de la población, Lobito pudo vencer la enfermedad tras varias quimioterapias y medicamentos.
"Es un perrito fiel, servidor y buen amigo. Nos acompaña todo el día en el Palacio y ahora se convirtió en un nuevo velador", informó el encargado del Palacio Alvarado, quien señaló que ahora al convertirse en un colaborador más se le da alimento y un lugar donde pernoctar.
Asimismo, señaló que también se ha vuelto el centro de atención de los visitantes, quienes acuden a conocerlo y a tomarse la fotografía del recuerdo.
Así pues,"Lobito" se ha unido a la familia que ahora cuida al Palacio Alvarado y es querido por quienes asisten a conocerlo como también de quienes cuidan del sitio.
Nota publicada originalmente en: El Sol de Parral