Por poco frío, poda escasa

El invierno, la mejor época para podar

Karina Rodríguez

  · domingo 4 de febrero de 2018

Antonio Hierro

Los tiempos de poda son del 15 de diciembre al 28 de febrero, pero este año por la baja densidad de frío, la poda ha sido escasa y el árbol ya está germinando, por ello se recomienda la poda ligera.

Lo anterior de acuerdo con la Dirección de Mantenimiento Urbano, que dio la opción de una poda ligera, donde se quita la rama seca, muerta, enferma o la cruzada que no deja que el árbol se desarrolle.

Si el árbol el muy grande, hay que cortar 1.50 o máximos 2 metros y realizar un despunte leve en la parte de arriba para que entre la luz y el aire y así se genere la fotosíntesis para que el árbol produzca mayor flor y fruto.

El propósito de la poda es tener plantas fuertes, sanas y atractivas. Esta meta se puede alcanzar sabiendo cómo, cuándo y por qué podar, y siguiendo unos cuantos principios
muy sencillos.

Las principales razones para podar árboles ornamentales y de sombra son: la seguridad, la salud y la estética. Además, la poda puede estimular la producción de fruta y elevar el valor de la madera. La poda, por seguridad, implica remover las ramas que podrían caer y causar lesiones, o daños a la propiedad; suprimir las que obstruyen la visibilidad en calles o entradas de vehículos; y suprimir las que interfieren con líneas de servicio público. La poda por seguridad se puede evitar, en gran parte, eligiendo con cuidado especies que no crezcan más allá del espacio disponible y que posean la forma y el vigor apropiados para cada lugar.
La poda por razones de salud implica remover la madera enferma o infestada de insectos, el adelgazamiento de la copa para mejorar la ventilación y reducir problemas de plagas, y la remoción de las ramas que rozan o se entrecruzan. La mayor utilidad de la poda es estimular el desarrollo de una estructura vigorosa en los árboles y reducir la probabilidad de que los dañen las inclemencias del tiempo. Quitar las ramas rotas o dañadas ayuda a curar las heridas.
La poda por estética intenta mejorar las características naturales de los árboles y alentar la producción floral. La poda para mejorar la forma es especialmente útil con árboles de crecimiento abierto, que pierden muy poco follaje en forma espontánea.

El viento o la acumulación de nieve y hielo pueden arrancar las ramas débilmente unidas. Las ramas arrancadas por fuerzas naturales suelen dejar grandes heridas con desgarramientos que rara vez sanan. Como práctica de cultivo, la poda puede complementar o sustituir esos procesos naturales, aumentando así el vigor y la longevidad de las plantas.
El desramado y la poda ornamental son casos extremos de poda para crear un efecto deseado no natural. El desramado es la poda anual de árboles para remover todo el follaje nuevo. En la poda ornamental se da forma geométrica o de animales a árboles o arbustos. El desramado y la poda ornamental son aplicaciones especializadas de la poda para alterar la forma natural del árbol. La poda ornamental demuestra que, con cuidado y atención, se puede dar casi cualquier forma a las plantas. Sin embargo, así como la poda apropiada puede mejorar la forma o el carácter de las plantas, la poda incorrecta puede destruirlas.

La mejor época para la poda es durante el invierno, las razones porque una poda durante el crecimiento fuerte de primavera y verano elimina muchas hojas y supone un castigo para el árbol porque se reducen en la época de máximas necesidades. Además en invierno se ve mejor el armazón de las ramas y es más fácil elegir lo que se corta y lo que no.

Con todo esto no quiere decir que no se pueda podar durante el resto del año, de hecho, podar en primavera o verano, para intervenciones muy ligeras, es válido. O por ejemplo, árboles y arbustos que florecen al inicio de la primavera no se deben podar en invierno, sino esperar a que florezcan y hacerlo justo después.

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