Jiménez, Chih.- Entre la escasez de alimento, cobijas para mitigar el frío y hasta unas muletas para un interno, es como el Centro de Rehabilitación y Readaptación para enfermos de Alcoholismo y Drogadicción (Crread) de Jiménez ha venido luchando no sólo contra la adicción y la pandemia, sino también por subsistir entre la falta de recursos y apoyos para los 18 pacientes que buscan dejar atrás su dependencia a las sustancias.
RECIBE LAS NOTICIAS DE PORTADA DE PARRAL, CHIHUAHUA Y JUÁREZ ANTES QUE NADIE EN TU EMAIL, ¡SUSCRÍBETE GRATIS!
Mucho se ha dicho del impacto que la pandemia ha causado en diferentes rubros además de la salud, como lo es el ámbito de la economía que se ha visto castigada por las necesarias disposiciones sanitarias.
Pese a que son múltiples los giros que se han paralizado a causa de la contingencia, existe uno que no ha sido volteado ver y que lucha no sólo con impedir que la enfermedad entre por la puerta, sino también por subsistir en medio de las carencias.
Tal es el caso de los centros de rehabilitación, específicamente el Centro de Rehabilitación y Readaptación para enfermos de Alcoholismo y Drogadicción de Jiménez, donde las necesidades están a la orden del día.
Lo anterior según lo informó el secretario del centro, Ernesto Osvaldo Contreras Escápita, quien indicó que al no contar con apoyos directamente del gobierno, se ven en la necesidad de salir a “botear”, pero la crisis económica, no permite que la ciudadanía exprese la generosidad que en otros años la ha caracterizado.
Además, al brindar los servicios de rehabilitación de manera gratuita, sólo se tiene el ingreso de las aportaciones voluntarias de cuatro de sus 18 internos. Los demás no tienen los recursos, o son personas que no tiene a nadie de quien depender durante su proceso de rehabilitación.
Las necesidades son tantas, pero las más apremiantes son cobijas para mitigar el frío que ha venido arreciando en la región, alimento, medicamentos y hasta unas muletas para uno de los pacientes, cuyo uso prolongado de silla de ruedas, le ha comenzado a provocar llagas.
Si bien el proceso de desintoxicación y rehabilitación representan una lucha de 24 horas, cada día, el camino a la meta se vuelve más demandante cuando no satisfacer las necesidades básicas como el abrigo, el alimento y la salud, se vuelve un reto.
Por lo anterior, el entrevistado hizo un llamado a las autoridades y la sociedad en general que desee y pueda apoyarlos en medida de lo posible, para que la labor que en el Crread se realiza, siga realizándose de manera digna y decorosa para quienes buscan salir del mundo de la adicción y una segunda oportunidad de reincorporarse a la sociedad.