Las personas que acuden a los casinos sufren una adicción a los juegos de azar o apuestas, y en Chihuahua esto afecta a por lo menos 30 mil personas, de las que un 70 por ciento son mujeres de la tercera edad, de acuerdo a la zonificación del Consejo Nacional de Adicciones.
La mayoría de las veces estas personas se sienten motivadas a ganar al estar en un cuadro de depresión o ansiedad buscando una falsa salida, otras desean recuperar lo perdido, o simplemente lo hacen por experimentar la emoción del riesgo comprometiendo seriamente su salud y sus finanzas.
Lo cierto es que el 90 por ciento de los adictos al juego puede llegar a afectar hasta a ocho personas dependiendo de su vínculo familiar, pues se afecta a la pareja, padres o hijos, el patrón, empleados y hasta amigos.
Aunque no hay una cifra exacta, se estima que a nivel nacional son alrededor de 2 millones de ludópatas los que existen, sin embargo no hay campañas enfocadas a la prevención, y ni siquiera se conoce una estadística certera sobre el número de ludópatas.
Esta enfermedad afecta los mecanismos de control de los impulsos, pues quienes la padecen son incapaces de controlar su necesidad de probar su suerte o habilidades en actividades como carreras de caballos, deportes, peleas de gallos, lotería, juegos de casino, entre otros. La adicción al juego se considera de proceso, o una adicción de no ingesta, y lo que sucede cuando se practica es que al jugar, la persona genera fuertes sensaciones de placer.
Algunas señales de que la persona es ludópata, pueden ser el utilizar el juego como un escape a los problemas o para calmar la ansiedad, sentir vergüenza y tratar de ocultar a los demás su compulsión por el juego/apuestas, negar que se tiene problemas por el juego y que se necesita ayuda y pensar demasiado en el momento de jugar. Asimismo, intentos fallidos por dejar el juego, una necesidad incontrolable por apostar cada vez más por la excitación que produce el solo pensar en ganar, sentir ansiedad al no poder jugar o de apostar menos, apostar más con la intención de recuperarse de lo perdido. Quienes son ludópatas piensan demasiado en la forma de conseguir dinero para apostar y viven consecuencias económicas ocasionadas por deudas de juego, además de que mienten constantemente con el afán de conseguir dinero para jugar y niegan el tiempo real que invierten en actividades relacionadas al juego. Según la Organización Mundial de la Salud la ludopatía es un trastorno mental que padece el 3% de la población y más del 70% de los asistentes a los centros de juego y apuesta, son mujeres y, en su mayoría, personas de la tercera edad. Lejos de ser un lugar de vicio y perdición parecen mucho más centros sociales, pero además existen datos que muestran que la tasa de suicido es 20 veces más alta que en los no apostadores, pues uno de cada cinco ludópatas atenta contra su vida.