“Nadie tiene derecho de ejercer violencia contra otro ser humano, además no funcionan los métodos como ‘la chancla’, nalgadas, el cinto. No funcionan como obediencia a miedo de que te pase algo, porque después, pueden obedecer órdenes condicionados a la obediencia por miedo de que les pase algo en la escuela, incluso de grandes, en el trabajo. Queremos que nuestros niños aprendan a colaborar con peticiones que sean razonables y lo que hacemos con los golpes, es que no les enseñamos a colaborar, sino obediencia, contra el miedo”, destacó la sicóloga chilena Francisca Puga, directora ejecutiva en Latinoamérica del Programa de Parentalidad Positiva, Triple P.
La especialista, que ofrecerá un taller en el evento Alternativas Exitosas Frente a las Adolescencias, en el Encuentro Internacional Sipinna, sostuvo que con base en las estadísticas sobre abuso infantil, el método del autoritarismo no es algo que los niños necesitan, como obedecer a cualquier petición que le hace un adulto por miedo. Afirmó que la crianza es difícil, porque requiere muchas habilidades, y es compleja de acuerdo a que los niños requieren distintas cosas, y en el caso de los padres, está bien no saber, pero los invitó a que pregunten nuevas estrategias de educación para reemplazar las que no son eficaces.
“Lo que necesitan los adolescentes es aprender a protegerse, a manejar ellos mismos los riesgos, no a privarse de la posibilidad de participar de distintos eventos sociales, o lo que sea. Tengo que acompañar a mi hijo, identificar los riesgos y de ahí, a planificar estrategias para protegerse. Para poder acompañarlo, me tengo que mantener en una relación con él, y lo que pasa con muchos adolescentes, es que los padres cuando nos confundimos, cuando no sabemos qué hacer, nos ponemos autoritarios y eso cierra la puerta, y el adolescente, ya no va a comentar nada, y eso va a cerrar la puerta de saber en qué está involucrado, porque no va a permitir conocer de su vida”, comentó.
En un nivel intermedio, están las estrategias de crianza positiva que ayuda a los padres a dar autonomía a los hijos, pero al mismo tiempo, les ayuda a desarrollar cierto grado de responsabilidad y que aprendan a protegerse.
Triple P, es un programa que trabaja en cuatro estrategias que son establecer relaciones positivas con los niños, para promover su buena conducta, para enseñar nuevas habilidades y conductas que puedan ser cada vez progresivas, y la última para manejar la mala conducta y reemplazar los regaños o los castigos.
Francisca Puga señaló que el mundo es complejo para los adolescentes, y la mala noticia es que se va a poner peor. Están expuestos a infinitos mensajes, que no pueden procesar; y la dificultad con los adolescentes es que se exponen a todos estos mensajes, cuando van quedando más solos de los adultos, y al mismo tiempo están viviendo cambios biológicos, fisiológicos, que hace más difícil procesar toda la información a la que están siendo expuestos: están desarrollando el pensamiento abstracto, su propia posición a lo que están leyendo, están poniendo a prueba ciertos argumentos, y si realizan solos ese proceso, no tienen con quién contrastar estas ideas.
En ese sentido, refirió que los adolescentes necesitan ser acompañados en ese proceso de conocer el mundo más allá de su círculo inmediato y externo, pero con alguien que los ayude a contrastar lo que están desarrollando, sin criticarlos.
“Los adolescentes están solos en un mundo desconocido en el que los adultos no necesariamente sabemos cómo meternos, porque no conocemos, desde las aplicaciones, lenguaje, juegos, y hay padres que están muy involucrados queriendo entender, pero usando los mismos códigos de cómo funcionaba sin eso. Por otro lado, hay padres tapándose los ojos que ven el panorama demasiado complejo, y diciendo que no van a ver, no van a entender, y cruzando los dedos para que el hijo no se mate, que la hija no se embarace, o que otro no lo mate, hasta que sea adulto y salga de la casa”.
En el papel de los padres, señaló que reciben mucha información de lo que no tienen que hacer: no hay que castigar, no hay que regañar, no hay que criticar, no hay que amenazar, no hay que maltratar, etcétera, pero nadie está diciendo lo que sí hay que hacer; por lo que urgió a un trabajo colaborativo con los gobiernos, a que provean socialización y capacitación por medio de profesionales sobre lo que es la crianza positiva.
· Breve semblanza de Francisca Puga
Es psicóloga clínica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, terapeuta familiar y de parejas del Instituto Chileno de Terapia Familiar y magister en Psicología Social Comunitaria de la London School of Economics & Political Sciences. Francisca Puga tiene a su cargo Triple P Latinoamérica desde abril del 2010. Capacitadora y facilitadora acreditada en el Programa de Parentalidad Positiva- Triple P por la Universidad de Queensland. Además, ha sido investigadora de la National Academy for Parenting Practitioners en King’s College London; directora de la unidad de Desarrollo Social del Observatorio Social de la Universidad Alberto Hurtado; y terapeuta familiar de programas de adicciones. Como directora ejecutiva de Triple P en Latinoamérica, es la encargada de difundir las metodologías de acuerdo a las necesidades de los países de la región, capacitar, apoyar y supervisar para mantener la calidad y fidelidad de su implementación.
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