El sector salud implementó un cerco sanitario en hospitales estatales para evitar el contagio de la bacteria Acinetobacter baumannii, resistente a los antibióticos conocidos y capaz de provocar la muerte a pacientes que están en terapia intensiva y reciben ventilación mecánica, que hasta el 9 de abril había contagiado a tres pacientes en el Hospital General.
La cepa puede crecer en temperaturas de 20°C a 30°C y puede sobrevivir en superficies inanimadas, como: ventiladores mecánicos, lavamanos, catéteres, colchones y paredes.
Tan sólo en este nosocomio se han recibido dos cultivos nuevos positivos en pacientes que no estaban infectados, además de un paciente ya ingresado, del cual se desconoce su estado actual de salud, mismo que estaba recibiendo ceftazidima-avivactam, un potente antibiótico con amplias restricciones.
Directivos de hospitales, por ejemplo del General, han dirigido oficios y alertas al personal debido a que la bacteria puede sobrevivir en equipo médico, pese a utilizarse fuertes mecanismos de limpieza.
Entre las medidas preventivas se han extendido en mayor medida en el Hospital General, donde se ha ordenado el uso de peróxido de hidrógeno ya que ha demostrado ser el más efectivo para la eliminación de la bacteria, comparado con otros antisépticos.
Asimismo, se han estrechado medidas de descontaminación que incluyen jornadas de 48 horas de limpieza de cubículos cuatro veces al día.
“Los equipos electromédicos no saldrán por ningún motivo de la unidad durante el periodo de descontaminación, ya que se considerarán contaminados y ocasionarán la diseminación a otros lugares del hospital”, se puede leer en un oficio firmado por el director del hospital, Carlos Benítez Pineda, y repartido a todo el personal médico.
También se ha obligado a que el mismo personal de enfermería maneje a los pacientes que tengan cultivos positivos, otra de las medidas es el lavado de manos frecuente y limpieza de termómetros, estetoscopio y baumanómetros en cada piso del hospital.
Según una página especializada en salud, Baumannii ha sido implicado en diversos tipos de infecciones, la mayoría de ellas nosocomiales, como septicemias, neumonías, infecciones del tracto urinario, meningitis e incluso endocarditis.
Este microorganismo se encuentra ampliamente distribuido en la naturaleza; al mismo tiempo forma parte de la flora normal de la piel humana y es capaz de colonizar transitoriamente el tracto respiratorio superior, sin que sea considerado patógeno para las personas sanas.
Se encuentra en el medio hospitalario y se le implica cada vez con mayor frecuencia como importante patógeno nosocomial, especialmente en enfermos inmunodeprimidos y en pacientes de las unidades de cuidados intensivos.
Se ha observado un aumento de la resistencia en A. baumannii, de manera que las infecciones producidas por estos microorganismos resultan muy difíciles de tratar.
Te puede interesar: