El arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, exhortó a la feligresía católica a cumplir el mandamiento más grande que Dios ha dado que es amar al prójimo como a ellos mismos.
Lo anterior al presidir la santa misa de domingo ordinario en la Catedral Metropolitana de Chihuahua donde recordó que la obediencia en el cumplimiento de las normas no basta, hay que pensar que todas las acciones deben poner en el centro a Dios y al prójimo.
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Los exhortó a preguntarse que les lleva a cumplir los mandamientos y si en verdad aman a Dios, el seguimiento a Dios viene del corazón de no cumplir las normas.
“Jesús nos ha impuesto amar a Dios mientras que le obedezcamos”, señaló a la vez que agregó que si son amados Dios y el prójimo todo lo que se gana es en cumplimiento del corazón.
Este domingo se reflexionó sobre el evangelio de San Mateo, donde revela que la enseñanza de Jesús molestaba y dejaba a disgusto a muchos quienes pretendían hacerlo tropezar. Un doctor de la ley le pregunta a Jesús por el mandamiento más grande de la Ley de Moisés, dado que para ellos existían 603 mandamientos, algunos graves, difíciles, pesados, livianos. La respuesta de Jesús fue muy sencilla: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón con toda tu mente y a tu hermano como a ti mismo.
Monseñor Miranda destacó que Jesús da un criterio para discernir dónde se juega el ser humano el cumplimiento de la ley, porque solo queriendo y amando es como se satisface a Dios.
“No es tanto el seguimiento escrupuloso y detallado de un código de normas, cuando el motivo y los beneficiarios de nuestra obediencia son Dios y el prójimo”, dijo que el evangelio recuerda que el amor sin medida a Dios y al prójimo, como a nosotros mismos son deberes fundamentales del creyente.
Enfatizó que el segundo mandamiento pone al prójimo como objeto de nuestros cuidados, porque quien guarda la voluntad de Dios siempre busca el bien de los hermanos.
El arzobispo de Chihuahua comentó que una obediencia por amor resultará más sencilla, “El que ama de verdad siempre querrá amar más y le costará menos obedecer los mandamientos del amor”.
Este domingo en oración comunitaria le pidieron a la Vírgen María que los enseñe a amar, como ella lo hizo.
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