El arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann anunció que el próximo 7 de julio es posible que se vuelva a celebrar la misa pública en la Arquidiócesis de Chihuahua, si se llega al color amarillo en el semáforo epidemiológico, y se admitiría únicamente el 50 por ciento del aforo en cada uno de los templos y parroquias.
El anuncio lo dio al término de la misa dominical, transmitida desde la capilla de Nuestra Señora de Fátima, donde ha celebrado la eucaristía de forma privada y transmitida vía Notidiócesis a través de las redes sociales, desde el inicio de la suspensión de celebraciones públicas y sacramentos.
Monseñor Miranda refirió que el gobernador Javier Corral anunció que se espera que el semáforo epidemiológico baje a color amarillo alrededor del 6 de junio, por lo que de cumplirse la declaratoria, se podría abrir el aforo –unicamente a la mitad- de los recintos católicos, para la celebración de la santa misa.
En ese sentido, invitó a los lectores, y a los laicos que participan de la celebración, a acercarse para reincorporarse a las actividades de las parroquias y templos.
No obstante, el arzobispo destacó que la reapertura se dará solo si se logra llegar al color amarillo, en caso contrario, las celebraciones públicas permanecerán suspendidas, hasta que las condiciones generadas por la contigencia del Covid-19, ofrezcan seguridad sanitaria.
En su homilía, Monseñor Miranda predicó en el XII domingo del tiempo ordinario sobre el evangelio en el que Jesús llama a tomar su cruz, y seguirlo, con una radicalidad que implica dos vertientes: la entrega total, por medio del amor y el exhorto a ser acogedores a los necesitados.
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