Más de cien migrantes arribaron a la capital de Chihuahua durante la mañana del viernes 24 de noviembre, mismos que comentaron que a pesar de haber pasado frío en su camino a México, es en Chihuahua donde más han sufrido por el clima extremo.
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Durante el recorrido realizado por el Heraldo de Chihuahua, se registraron más de 70 migrantes de diferentes partes de Centroamérica refugiándose en los vagones de uno de los trenes que descansan en las instalaciones de Ferromex, rehusándose a bajarse, pues perderían su lugar en el vagón.
Mientras que en el Oxxo que se ubica sobre la Juan Pablo II y calle Industrial 10, en las inmediaciones de las oficinas de la estación de Ferromex al sur de la ciudad, se encontraban esparcidos poco más de 20 inmigrantes, donde en su mayoría, se encontraban menores de edad.
Cesar y su familia venezolana conformada por tres adultos y dos menores de edad, llegaron a la capital a las 9:00 de la mañana del 24 de noviembre, donde al arribar el tren en la estación de Ferromex, fueron obligados a bajarse de los vagones donde venían por los elementos del Instituto Nacional de Migración.
El joven Casar comentó que no querían bajarse de los trenes, debido a que este tenía una lona que a pesar de que no los cubría del frío, si ayudaba a que la lluvia y el granizo que experimentaron durante el camino a la capital, no traspasara e inundara el vagón.
“Antenoche nos llovió fuertísimo, caía hielo y gotas de agua grandes llegando a Torreón”, agregó el joven, y dijo que gracias a las cobijas y bolsas de comida que los ciudadanos mexicanos les aventaron durante la tarde anterior, fue como pudieron sobrellevar el frío de esa noche.
La familia de César tienen viajando desde el pasado 30 de agosto, sobrellevando calor, hambre, enfermedades y ahora el frío seco de Chihuahua, y a pesar de todo, continúan con su sueño de conseguir llegar a Estados Unidos, con la esperanza que una vida ahí sea mejor que la vida que dejan atrás.
Ornaldo, un joven venezolano de otro grupo que venía en el mismo tren que la familia de César, comentó que él comenzó el viaje con su madre y tres de sus hermanos, sin embargo, hace algunos días, antes de embarcarse a la capital de Chihuahua, ellos fueron deportados a Villa Hermosa.
No tiene cómo comunicarse con su madre, sin embargo, la meta de ambos es llegar a cumplir su sueño americano, por lo que comentó que no le importa el clima o los estragos que deba pasar, se reencontrará con su familia una vez más y continuarán con su camino por Estados Unidos.
Luego de más de cuatro meses viajando a pie, sobre peligrosos vagones de tres, desafiando la autoridad extranjera y pasando por climas extremos, no ha hecho que la disposición de estos migrantes por llegar al norte del continente disminuya, sino que pareciera hacerlos más fuertes y tercos por lograr su meta.
“Una vez que no tienes nada a donde volver, no hay nada que te detenga”, comentaron los jóvenes venezolanos antes de volver a las inmediaciones de Ferromex, donde esperarían a que el próximo tren a Juárez avance para tratar de colgarse de los vagones, y seguir su camino.