La Secretaría de Salud federal registró 130 casos nuevos de anorexia en adolescentes en la entidad, durante el primer bimestre del año, lo que representa un aumento de 32 por ciento respecto al mismo periodo de 2020.
Del total de casos nuevos, el 73 por ciento corresponde a mujeres de entre 13 y 19 años.
A nivel nacional, se registran 1 mil 984 nuevos casos de anorexia en mujeres menores de 19 años, de los que un 90 por ciento corresponde a la edad de entre 12 y 17 años de edad.
Además del grupo de adolescentes, también existe un alto porcentaje en mujeres de entre los 30 y 45 años, que siguen influencias de redes sociales que difunden que entre los cánones de belleza se encuentra ser delgada, incluso por debajo del peso ideal de cada persona.
Los mensajes que a través de internet se muestran tienen un gran impacto en la autoestima de las personas, ya que además se promocionan “retos”, que hacen que las mujeres (principalmente) quieran estar hasta 15 kilos menos de su peso óptimo
*MUJERES, NUEVE DE CADA DIEZ CASOS
“La condición se presenta con mayor frecuencia en las personas en edades que van de los 12 a los 25 años y de cada diez casos, nueve son mujeres”, informó la doctora Leticia Flores, especialista en trastornos de la alimentación, de Atención Integral del IMSS.
Indicó que los pacientes con diagnóstico de trastorno alimenticio son atendidos en consulta externa y en caso de que los especialistas detecten que la persona puede atentar contra su vida, por sus condiciones de salud y psicológicas, es internada.
Estas condiciones, señaló, pueden causar graves daños a la salud, que van desde la deshidratación, anemia, malnutrición y pueden, en grados extremos, llevar a la muerte.
La especialista destacó que la anorexia y la bulimia se caracterizan por el temor en aumentar de peso y tener hambre durante todo el día, pero la principal diferencia es que las personas con anorexia tienen una pérdida significativa de peso al limitar o dejar de comer alimentos que consideran de alto valor calórico, toman medicamentos o diuréticos para eliminar líquidos y hacen ejercicio en exceso.
Por el contrario, quienes padecen bulimia tienen deseos irresistibles de comer y lapsos en los que consumen grandes cantidades de comida en periodos cortos, y para contrarrestar el aumento de peso, eligen métodos como vómito autoprovocado, abuso de laxantes, ayunos prolongados y consumo de fármacos que suprimen el apetito o que prometen bajar de peso.
Recomendó a los padres de familia estar atentos a cambios repentinos de conducta de sus hijos, especialmente los que pasan por la adolescencia, tales como obsesión por conseguir un cuerpo perfecto, como de “modelo de revista”; aislarse de la compañía de familiares y amigos; pretextos para sentarse a la mesa a comer o hacerlo a escondidas; cambios de humor repentinos y baja de peso notoria.
Señaló que algunas consecuencias de la falta de consumo calórico apropiado son intolerancia al frío, disminución en la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, deshidratación severa, cálculos renales, anemia, pérdida del esmalte dental y del tono muscular, sensación de desmayo y debilidad general, osteoporosis, anormalidad o atrofia de genitales y en las mujeres desaparece la menstruación.
Por ello, destacó, es necesario que ante la presencia de estos síntomas se acuda a consulta con el médico familiar, que comenzará tratamiento con aquellos padecimientos que ya tenga la o el paciente, al tiempo de referirlo al segundo nivel de atención para recibir el apoyo de especialistas en nutrición, siquiatría y sicología.
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