Narcotraficantes, asesinos y demás delincuentes del crimen organizado han aumentado su devoción a santos no reconocidos por la Iglesia católica, como la “Santa Muerte”, Jesús Malverde o “El niño Fidencio”, a quienes se encomiendan para tener protección ante el peligro de morir, suerte para llevar a cabo los delitos, o dar un dejo de bondad a sus actos, por medio de donativos.
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El experto en Investigación Criminal, José Carlos Hernández Aguilar, afirmó que en Chihuahua, la santería en el mundo del crimen organizado pretende ser una especie de sincretismo o unión entre Dios y la justificación de actos delictivos.
La santería, llamada religiosidad delincuencial, tiene distintas denotaciones que explican por qué el crimen organizado se encuentra tan apegado a los santos, aceptados o no por la Iglesia, incluso ya existe un “santo viviente” venerado en Sinaloa y en la región norte de la Sierra de Chihuahua, Joaquín “el Chapo” Guzmán.
Las denotaciones de la devoción a figuras de santos por parte de delincuentes tiene, como primera denotación, el apego a una creencia superior, pues sienten que esa figura es la única que no les va a fallar y pueden confiar sus más íntimos secretos.
La segunda es la expiación de sus propias culpas, a través del perdón de los santos oficiales o creados por ellos mismos.
Además se encuentra la fuerte necesidad de una protección familiar y superior de la que se ha carecido toda la vida, buscando la imagen paternal y maternal, que se encuentra distorsionada.
“La última en contexto de crimen y violencia, se trata del cliché de religiosidad que promueve una idea de justicia muy sui géneris, y la esperanza a pesar de la maldad humana, dar a sus actos delictivos un dejo de bondad, obras de caridad para las personas más necesitadas, y de esta manera hacen donaciones para agradar a figuras divinas o un contexto religioso”, afirmó el entrevistado.
Añadió que la moda santera o religiosa varía de acuerdo a la región o zona geográfica del país, y contrario a lo que se puede creer, no todos los grupos del narcotráfico adoran a la “Santa Muerte”.
La “Santa Muerte” tiene mayor fuerza en la zona centro y centro sur del país, en cambio los cárteles del norte de México muestran una veneración por un exdelincuente llamado Jesús Malverde, cuyo nombre es Jesús Juárez Mazo.
Los narcotraficantes del norte tienen gran veneración por Jesús Malverde, mientras que en la zona centro del país, como Michoacán, Oaxaca y parte de Jalisco, venera a Nazario Moreno, que es el fundador de los Caballeros Templarios, el cual fue abatido en 2014, y nació en 1970 siendo hoy en día la figura central venerada por los caballeros y disidente de la Familia Michoacana.
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