Con temor y nervios permanecen los vecinos de la colonia Granjas, alrededor de las calles Velázquez de León y Sicomoro, luego de haber sufrido más de media hora de balacera, que resultó con incertidumbre de lo que estaba pasando, e interrupción de centros comerciales, como tienditas y carnicería que debieron cerrar la atención al público para resguardarse de los disparos de arma de fuego.
En el sector vive un número considerable de adultos mayores, quienes salieron la mañana de este miércoles a comentar lo que habían vivido y la manera en cómo habían enfrentado el hecho violento, del que no terminaban por dar crédito.
Aunque muchos procuraron quedar en el anonimato, sí comentaron de manera extraoficial que se encontraban realizando sus labores diarias, como ir a la tienda a comprar leche o pan, cuidando de sus nietos, leyendo o viendo la televisión, cuando de pronto, sin un hecho previo, empezaron los sonidos de disparos en la calle, por lo que se resguardaron en sus hogares, muchos de ellos tirados en el suelo por temor de que los alcanzara una bala.
Otros refirieron que incluso tuvieron que cuidar de sus mascotas, porque las detonaciones las alteraron demasiado, por lo que tuvieron que tranquilizarlas y también resguardarlas de los impactos que se escuchaban cercanos.
En el caso de algunos comercios, como la Carnicería Súper Meny, los empleados alertaron al dueño del establecimiento quien dio la orden de cerrar, y de que salieran de la zona de peligro.
Hasta la mañana de ayer, el lugar permanecía resguardado por elementos de la Comisión Estatal de Seguridad, Policía Municipal, y elementos de la Fiscalía General del Estado, quienes mantenían acordonada la zona donde todavía se podían ver manchas de sangre sobre la banqueta y las paredes del domicilio cateado con impactos de bala de diversos calibres.
·Testimonios
“Si hubiera sabido que estaba tan vigilado aquí en la alberca, yo ni hubiera venido. Se siente el temor de la gente que vive aquí cerca, pero de los usuarios realmente no”, describió Celia Sáenz, usuaria de la alberca Espino, de la colonia Granjas.
“En la guardería, se llevaron a los niños hasta el último cuarto y allá los retuvo. Sí estuvo muy feo, porque uno no está acostumbrada a esa situación. Duró como media hora, pero era una cosa espantosa, como si estuviéramos en una zona de guerra. Y no entiendo por qué todavía están ahí, ni modo que vayan a volver”, comentó doña Rosa, vecina de la calle Velázquez de León y usuaria de la Estancia Infantil de Sedesol, sobre esa misma calle.