Casi a diario, decenas de beneficiarios se acercan a las oficinas a recibir la tarjeta donde les serán pagados dos bimestres, tras haber sido llamados vía telefónica; pero acuden también aquellos que ya teniendo su tarjeta, aún no ven reflejado el depósito y se encuentran desesperados.
Los adultos mayores, quienes son personas vulnerables a contraer el virus, emplean el uso de cubrebocas, pero la medida de sana distancia no es acatada debidamente.
Servidores de la nación son quienes coordinan la entrega de tarjetas bancarias, pero en ocasiones son rebasados por el número de beneficiarios, que en el Estado suman alrededor de 200 mil.
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