Los problemas para el sector agroindustrial se van acumulando conforme el avance de la crisis económica-sanitaria en el país, desde la caída de exportación de carne de hasta en un 30% durante las últimas semanas, bajos costos en los productos cárnicos y la falta de alimento para los bovinos de engorda.
Debido a los cambios de la economía internacional ante la contingencia por el Covid-19, el sector agroindustrial ha sufrido durante las últimas semanas una reconfiguración en el proceso de producción de las mercancías. Las empresas, en un intento por aminorar la caída paulatina, tratan de moldear su cadena de trabajo a las adversidades actuales.
“Estamos en un momento donde todo puede pasar, no hay nada escrito, no hay nada seguro, estamos viviendo al día porque cada día que pasa nos topamos con nuevas sorpresas. Es una gran tormenta la que estamos viviendo, de incertidumbre, con productos que no se están comercializando”, explicó Federico Baeza, empresario agroindustrial.
El llegar a un punto de crisis, de números rojos, es una situación que pinta para ser casi inevitable con la permanencia del Covid-19, la variación diaria del dólar y a volatilidad en los mercados generada por la incertidumbre de la divisa estadounidense.
De acuerdo con el empresario a cargo de una compañía productora, engordadora, empacadora y comercializadora, durante las últimas semanas se ha registrado una baja de ventas de exportación hasta de un 30%, debido al cierre de canales de venta por la suspensión del paso en las fronteras y la crisis económica que enfrenta Estados Unidos, uno de los principales compradores de carne y ganado.
“Muchas cosas no se están vendiendo, es lo que más nos está afectando”, dijo y agregó la falta de compras se agravó con la temporada de Semana Santa, durante la cual la mayoría de las familias locales dejan de consumir productos cárnicos en orden con las tradiciones religiosas y el aumento de distribución de la comida de Cuaresma.
En entrevista previa con El Heraldo de Chihuahua, el empresario indicó que el sobre inventario es uno de los principales problemas para esta industria, pues con la baja de ventas se enfrentan al reto de mantener los productos con la refrigeración adecuada y ralentizar la velocidad de producción.
Tal es el caso de la tripa de res, la cual no se ha adquirido desde hace semanas por parte de los compradores habituales ante el cierre de sus negocios por las medidas de contingencia sanitaria que exhortan a la ciudadanía a permanecer en casa, no acudir a restaurantes ni realizar reuniones sociales, en las cuales es habitual la preparación de este alimento.
De acuerdo con personal despachador en carnicerías ubicadas dentro de la capital de la entidad, durante el mes de marzo comenzó a registrarse una baja de ventas mayor a la esperada por la temporada de Semana Santa, situación que comienza a poner en crisis la economía de los locales comerciales del giro.
Aunado a esto, Baeza indicó que también se ha presentado escasez de pastura desde el mes de marzo, situación que eleva su precio y perjudica la correcta alimentación y manutención de los bovinos de engorda en la entidad.
“No veo a corto plazo que vaya a faltar alimento, el abasto está garantizado, pero estamos sufriendo una problemática muy fuerte porque tenemos que estar congelando muchos productos que no se están comercializando”, finalizó.
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