Este domingo 24 de diciembre, el Arzobispo de Chihuahua, Monseñor Constancio Miranda Weckmann, presidió la misa dominical en la Catedral Metropolitana de la ciudad de Chihuahua, correspondiente al IV Domingo de Adviento, en la cual recordó el amor inmenso de Dios a su pueblo, que fue manifestado a través del regalo de su hijo Jesús.
Tras encender la Vela del Cuarto Domingo de Adviento (de la corona del Adviento) Monseñor Constancio Miranda, pidió para que a través del ejemplo de la virgen María, madre de Jesús, podamos vivir con gratitud y generosidad.
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En el Evangelio a San Lucas, se habló de los comienzos de la encarnación, cuando Dios eligió a una joven de nombre María, para cristalizar las promesas del Señor.
"Estando María desposada con José y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo", señala el evangelio de este día.
"José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto; mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños, que no durara en recibir a María, pues ella había concebido por obra del Espíritu Santo, y daría a luz un hijo, y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque salvará al pueblo de sus pecados".
"Cuando José despertó del sueño hizo lo que le dijo el ángel del Señor y recibió a su esposa".
El Arzobispo de Chihuahua, llamó a prepararmos de la manera más intensa, "porque Diós viene a nosotros, pero cada uno de nosotros, de una manera individual y de forma humana, seríamos incapaces de alcanzar a reconocerlo, a salvarlo y a acogerlo para que nazca nuestra vida".
Añadió que Dios ha dado a su pueblo el don de entrar en comunión con Él, "por eso podemos decir con las sagradas escrituras, que Jesús, el Emmanuel, ha bajado del cielo para estar con nosotros".
Explicó que basados en la historia de la salvación, escrita en la Biblia, "estamos seguros de que Dios ya ha dado ese paso para el encuentro, y de que Jesús, nació en Belén, en la tierra, en la humanidad de nuestro mundo, para venir a salvarnos".
El Arzobispo Constancio Miranda, refirió que de esa manera "como Él vino y dio el paso al encuentro, estamos nosotros llamados a lo mismo, a dar ese paso para encontrarnos con Él, pues si ambas partes no dan ese paso, no hay encuentro".
Refirió que también esta historia de salvación, pasa por nuestras vidas, no solamente pasa en Belén, en la historia hace 2000 años y se acaba aislada de nosotros, sino que también es nuestra historia.
Recordó que Dios, pide que salgamos a su encuentro, "tal vez esa tarea nos parece difícil, pero hoy hemos escuchado que Él nos ayuda y está con nosotros; nos ayuda a llevar a cabo este encuentro, para recibirlo a nuestro corazón"
El Arzobispo Constancio Miranda, pidió para que este cuarto domingo de Adviento, el Señor nazca en el corazón de todo su pueblo, para prepararse y recibir a Jesús en nuestros corazones y en nuestros hogares, para vivir con el corazón y no nada más con el pensamiento, con el deseo o con la oración.
Llamó a vivir la Navidad de una manera más intensa, "para que hoy en la noche y mañana, los hogares celebren de una manera gozosa".
Al final de la celebración, Monseñor Constancio Miranda, pidió al Señor que ayude a su pueblo a vivir la festividad de la salvación, y a los feligreses llamó a apresurarse para a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de Jesús.