El arzobispo Constancio Miranda Weckmann presidió la sagrada eucaristía del Segundo Domingo de Cuaresma 2021, en la Catedral Metropolitana de Chihuahua, en la celebración de la Jornada Diocesana de los Catequistas, con la presencia representativa de algunas de ellas, a quienes felicitó extensivamente a las cinco mil que trabajan en la Arquidiócesis de Chihuahua, para beneficio de más de 45 mil niñas y niños.
Durante su homilía, hizo un llamado a la feligresía de dejarse deslumbrar por los gestos y acontecimientos sorpresivos y benéficos, para que lo malo nunca les desaliente en la escucha y seguimiento de Cristo. “Estamos llamados a transfigurar al mundo en más hermoso, el Señor nos ha invitado a dejarnos conducir por Jesús”, invitó.
Y siguió, “el cristiano no puede esperar a un momento de luz esplendente que nos conforte ante los sufrimientos y la cruz de toda la vida, y nos impulse a vivir conforme a la Palabra de su Hijo Amado, a quien escuchamos. La liturgia de hoy nos impulsa a valorar los momentos gozosos en el Señor como un impulso para vivir en nuestra esperanza. La fe que nos pide que no miremos solo a lo malo, a la pobreza, la indigencia, sufrimientos, enfermedades, soledad de los ancianos, al dolor de los enfermos, problemas familiares, violencia. Nos pide que descubramos también, la presencia de Dios en lo bueno, lo triunfante, lo hermoso”, dijo Monseñor Miranda.
“Ustedes que le han hecho caso al Señor en la nube de su corazón y de su alma que les dice “Este es mi Hijo amado, escúchenlo, y llévenlo a que lo escuchen los demás”, gracias, mis hermanos. Yo y mis hermanos católicos estamos pidiendo por ustedes, atentos de su trabajo y no queremos que estén solos, los animamos con nuestra oración, cariño y agradecimiento”, les expresó el arzobispo Miranda Weckmann a los catequistas, al término de la celebración.
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