Con un ritual tradicional de las comunidades indígenas rarámuri de Baquéachi, Bakuséachi y Chinéachi, en la cruz de clavos fue como recordaron al abogado Ernesto Rábago Martínez, quien fue asesinado por apoyar a las comunidades en la recuperación de su territorio, a la vez que exigieron justicia y verdad, porque volvieron a sufrir la invasión de ganaderos.
A la fecha, tres administraciones de gobierno han prometido esclarecer el asesinato del abogado, pero a 14 años de su asesinato, su familia y sus comunidades siguen sin justicia, porque los asesinos intelectuales y materiales gozan de impunidad. “Delito que no se castiga, delito que se repite”.
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La jornada de exigencia inició en el templo del Sagrado Corazón de Jesús, con una misa presidida por el sacerdote Jesuita Javier "Pato" Ávila, quien resaltó que hay que seguir exigiendo justicia y paz.
En la puerta del templo, el sacerdote recibió al contingente encabezado por la abogada Estela Ángeles Mondragón, esposa de Ernesto, quien llevaba entre sus manos la fotografía del defensor. A su lado, los indígenas, quienes llevaban flores y la fotografía de la periodista Miroslava Breach, mismas que colocaron al pie del altar, junto con unas mantas que recuerdan los años que llevan en la lucha por la dignidad del territorio indígena.
El sacerdote dijo que nadie quiere tanta violencia e impunidad, tampoco la complicidad de las autoridades, por lo que los exhortó a no dejarse vencer por la desesperanza y el desconsuelo, sino alentar la exigencia para que la justicia sea una realidad y no solo una promesa.
Enfatizó que el plan de seguridad no está funcionando, hay desconfianza y temor, se siguen cometiendo homicidios y no se está construyendo estado de derecho.
Al terminar la ceremonia religiosa emprendieron la marcha hacia la Cruz de Clavos, a un costado, se encuentra la cruz metálica que recuerda al defensor, donde se realizó un tradicional ritual.
Este primero de marzo se cumplen 14 años del artero homicidio en contra del abogado, quien a unas cuadras del Palacio de Gobierno, recibió dos balazos mientras trabajaba en el despacho de Bowerasa- Haciendo camino.
El ritual inició rociando la base de la cruz con medicina tradicional, Estela Ángeles Mondragón fue curada, le dieron beber una medicina conocida como palo colorado y palo amarillo, con el deseo de unir la naturaleza y la humanidad. Una ceremonia tradicional que se hace para fortalecer a la persona, a quien además le pasan un sahumerio con resina de pinos. Lo mismo hicieron con la autoridad del Comisariado Ejidal. Con ello recordaron la vida y la lucha del licenciado Ernesto Rábago Martínez.
La defensora Estela mencionó que este pueblo indigena ha estado luchando por la defensa de su territorio, desde que asesinaron a Ernesto protestan “Ni de Palacio de Gobierno, ni de FGE han salido ni han hecho justicia”.
La defensora sentenció que la lucha no ha terminado porque la tierra que les fue entregada el año pasado tras ganar un juicio, volvió a ser invadida por los ganaderos.
“No nos vamos a cansar y vamos a seguir luchando por las tierras de las comunidades indígenas, porque queremos que la voz del pueblo indio sea escuchado”.