Debido al frío que se siente en la capital durante la noche y gran parte de la mañana, los migrantes que se encuentran al sur de la ciudad fueron vistos aventando comida como pan blanco y burritos a las fogatas para tomar calor.
Según comentó Joaquín, uno de los extranjeros junto a la fogata, ellos llegaron esta misma mañana y los paisanos que se encontraban en el campamento improvisado les dijeron que podían tomar una carpa que fue abandonada la noche anterior, el joven viaja con dos compañeros por lo que la casa de campaña es perfecta para que los tres duerman.
Sin embargo, el lugar se encontraba repleto de las pertenencias de la familia que había usado la casa de campaña improvisada con bolsas de basura, cobijas y lonas, cosas que sacaron para limpiar y poder dormir en el lugar.
Entre los artículos se encontraban una variedad de juguetes, ropa sucia y una cantidad grande de comida vencida y en mal estado, la cual decidieron quemar en una fogata que prendieron para calentarse.
“No se por qué aceptan más comida de la que pueden comer, solo para dejarla y que se eche a perder, que desperdicio”, comentó el venezolano Joaquín, quien ya había echado al fuego una bolsa de pan blanco con señales de moho, así como latas vencidas de frijoles y una variedad de sopas.
El extranjero comentó que le ha tocado ver en su viaje como la gente acepta comida ya teniendo en su poder una bolsa llena de artículos que ni siquiera son de su agrado y termina tirándolo.
Claro ejemplo de ello se ve en las cenizas de las fogatas de noches pasadas, donde se observan pedazos chamuscados de pan blanco, tamales, burritos completos e incluso en dos de las fogatas se encontraban plátanos enteros.
Sin embargo, no pasa esto con toda la comida ya que, durante la mañana de este sábado 8 ciudadanos chihuahuenses acudieron al punto donde se encuentran los migrantes para llevarles un desayuno continental, el cual consistía en pan dulce, sándwiches, manzanas, avena, café, atole, champurrado, agua y refrescos.
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Los migrantes que apenas despertaban aceptaron el agasajo juntándose fuera de las carpas para ingerir sus alimentos, algunos pidieron doble ración para soportar la mañana hasta que buscarán algo más para comer.
“No somos ninguna asociación, solo somos amigos que empalizamos con estas personas que están en situación de movilidad, y queremos ayudar a que su estancia aquí sea agradable”, comentó una de las personas que acudió para donar desayuno a los migrantes.
La cantidad de extranjeros que se vieron al sur de la ciudad son menos a lo que fue en semanas anteriores, a pesar que tanto los elementos del Instituto Nacional de Migración como los guardias de Ferromex les prohíben el acceso a las instalaciones férreas, evitando que se suban a los trenes.
Para ello, los agentes del INM hacen guardia en los accesos a las vías, patrullan por las afueras de las instalaciones mientras que los guardias patrullan en el interior, verificando que no haya migrantes que afecten las maniobras que realizan con los trenes.
De igual forma, en algunas de estas zonas implementaron un protocolo donde tienen vigilancia aérea por medio de drones, con los cuales vigilan que los extranjeros se queden fuera de las vías.
No obstante, los migrantes han tomado la decisión de partir durante la noche o bien entrada la madrugada para no ser detenidos por las autoridades, incluso, los migrantes que partieron en días pasados fue porque lograron subirse a un Uber y partir a la ciudad fronteriza.