Tras asumir su cargo como presidente de la Academia de Líderes Católicos en Chihuahua, función en la que estará al frente durante los próximos dos años, Víctor Armando Ramos Arras, compartió con esta casa editorial que la misión que tienen para este periodo se basa en tres ejes fundamentales que son el tocar el corazón de Jesús, tener preferencia especial por los pobres y ser un centro de formación para los jóvenes de todas las corrientes políticas para que juntos compartan la misma visión “para que el mundo crea”.
Sin embargo, reconoció primeramente que en la actualidad se vive un cambio de era en donde se tiene una crisis generalizada del ser humano, pues “no sabemos quiénes somos, a dónde vamos y por qué estamos aquí y cómo comportarnos”, por lo cual precisó que el primer paso es acercarse al Señor; “la forma de darnos esperanza unos a otros es acercarnos a Jesús”.
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Detalló que días atrás participaron en un diplomado en la ciudad de Nueva York en donde se subrayó que “antes de ir con el hermano, se tiene que ir con Jesús, si no tocas el corazón de Jesús, vas a ir con tu miseria a tocar al hermano y cuando menos te des cuenta, te sale tu humanidad”.
Aunado a eso, en la Academia se enfocan en llevar a los jóvenes un programa de formación en el que no solo se mantengan cercanos a la Iglesia, sino que presten especial atención a los pobres, pues “si nos queremos llamar católicos, cristianos, debemos de tener una preferencia especial por los pobres”. De la misma forma, se busca formar a los jóvenes y exhortarlos para que participen en la política, independientemente de las ideologías y colores, pero centrados en el Evangelio.
Uno de los retos que encuentra en Chihuahua es el territorio y la manera en la que está conformada la ciudad, pues aseguró que no está diseñada para crear comunidad, lo cual complica aún más la vida de las personas. Pese a ello, buscan dar a conocer a los jóvenes que se involucren en la Academia, el sufrimiento que tienen aproximadamente 300 mil personas que residen en la capital, particularmente en las orillas de la misma.
Al ocupar Chihuahua los primeros índices en el consumo de fentanilo, al tener un gran número de madres trabajadoras de maquila que tienen que dejar a sus hijos solos la mayor parte del día, ante las cifras preocupantes de embarazos adolescentes, de violencia familiar, suicidios, abortos, entre otros, mencionó que es preciso tomar las palabras del Papa Francisco de “ser creativos en el amor” para poder llevar la doctrina.
Tras siente años trabajando en las periferias de la ciudad, han podido mostrarles a los jóvenes la realidad de la sociedad a fin de invitarlos a ir más allá y ser partícipes del cambio desde diferentes espacios. Aprovechó para adelantar un proyecto que se tiene para la zona de Punta Oriente en la que pretenden desarrollar un centro educativo parecido al se Riberas del Sacramento con el que buscan mejorar la urbanización del lugar.
“Hay algunos que vamos haciendo ciertos esfuerzos, a mí me toca en la siguiente administración participar con el alcalde como regidor suplente y es un pequeño paso, aunque es irnos involucrando más en la participación aquí en el municipio como es actuar en lo local para después tener jun impacto global”, externó Juan Esteban, uno de los integrantes del Consejo de la Academia, quien añadió la manera en la que convergen la Doctrina Social de la Iglesia con los lineamientos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Por su parte, el obispo Jorge Cuapio Bautista, presidente a nivel nacional de la Pastoral Juvenil, compartió el panorama que observa en la sociedad haciendo hincapié en que, pese a que han visto, en relación a la Academia, una oportunidad dada la importante convocatoria que se tiene de jóvenes, hay un grupo en especial en el que quieren prestarle atención, pues indicó que llega una edad en la que ya no encajan en ninguno de los grupos, por lo que implementaron este programa para poder hacer de ellos personas que, por medio de la formación spiritual y política, puedan ayudar a sus comunidades.
“La Academia ofrece la oportunidad de pasar a la vida comprometida con la sociedad y que ese bagaje de vida cristina a que se ha ido cultivando, no se quede solo en la teoría, sino ahora hay que poner las manos, por eso es importante la metodología que sigue la Academia, formar la mente, el corazón y las manos”, añadió el obispo.
Aunado a lo anterior, coincidieron en que su formación tiene gran similitud con la parábola del sembrador, por lo que ellos se enfocan en sembrar las semillas para que en el tiempo preciso dé los respectivos frutos, lo cual a su vez se verá reflejado en la generación de una nueva cultura; “participando en la vida social y política, generaremos con el favor de Dios una nueva cultura”.
El objetivo que se tiene por su parte y a fin de fortalecer toda esta formación es que se funde una Academia de Líderes en cada una de las Diócesis del país. En lo relativo a la entidad, se cuenta ya con este programa en las Diócesis de Chihuahua, Parral y Cuauhtémoc, las cuales se suman a las de Monterrey, Guadalajara, Tlanepantla, Nezahualcóyotl, Morelos, México, Iztapalapa, Pueblo y Jalapa.
“La ilusión es que algún dÍa no muy lejano tengamos una Academia en cada Diócesis donde el obispo es el presidente y lo apoya el Consejo”, añadió, especificando que este último, en el caso de Chihuahua se conforma por empresarios, además de que se cuenta con el apoyo de diferentes universidades, los cuales permiten desarrollar variase estrategias para cumplir con los objetivos.