Alrededor de 1,500 niños y adolescentes, hijos de familias de jornaleros agrícolas, acuden cada temporada de cosecha a las 21 aulas móviles en distintos municipios del estado, donde se imparten clases de escritura, lectura y conocimientos básicos de matemáticas, a través de un modelo educativo adaptado a las necesidades de este sector, informó Flor Vargas, enlace de Educación Migrante y Menonita de los Servicios Educativos del Estado de Chihuahua.
La entrevistada señaló que esta población sufre doble discriminación por ser indígenas y migrantes, quienes llegan principalmente del sur del país, a lo que se suma el trabajo infantil que no se ha erradicado y la falta de apoyos del gobierno federal, pues desde 2020 eliminó del presupuesto a este sector.
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La educación migrante que ofrece la SEECh es gratuita, y se refiere a clases de educación básica que reciben menores de 4 a 17 años, hijos de jornaleros agrícolas que emigran de la Sierra Tarahumara y de estados del sur del país para laborar en campos de la entidad.
Las escuelas de educación migrante operan cerca de los campos agrícolas, albergues y campamentos a donde acuden las familias de jornaleros, con un ciclo escolar adaptado a las necesidades de dicha población en movilidad, que da inicio en marzo y concluye en noviembre de cada año.
La entrevistada señaló que a la fecha no se ha erradicado el trabajo infantil, en el que menores desempeñan labores pesadas o de riesgo, empleados por debajo de la edad mínima y ocupados en servicios domésticos no remunerados de carácter peligroso, por realizarse en horarios prolongados y/o en situaciones de exposición a riesgos.
La enlace de Educación Migrante y Menonita de los Servicios Educativos del Estado de Chihuahua informó que este programa educativo se lleva a cabo desde 2008, y en el país desde 2006, se creó enfocado en dar educación a hijos de jornaleros.
Citó que la población indígena en Chihuahua desempeña labores agrícolas, pero una gran parte llega del sur del país en temporada de cosecha, de estados como Guerrero o Oaxaca.
Los hijos de jornaleros no pueden acceder a una escuela regular debido a que tienen una alta movilidad, por lo que el programa que se lleva a cabo a la fecha se hizo con base en las características específicas de este sector.
Aunque señaló que resulta algo complejo llevar una continuidad, se ha tratado de atender a este sector y para ello se creó en el país un sistema de información en el que se registra a los estudiantes, y a través de una clave que arroja el mismo sistema se puede dar seguimiento.
Agregó que actualmente se tiene el programa en 21 municipios del estado, con un solo maestro por cada escuela.
Las materias que se imparten, explicó, se integraron a través de un modelo educativo piloto antes de 2020, pero a raíz de la pandemia, se vio afectado al igual que otros modelos educativos.
Hoy en día, se imparte con mayor énfasis lectura y escritura, para que independientemente de la edad, tengan este conocimiento, así como matemáticas básicas.
La labor de quienes participan en esta educación no se limita a la enseñanza, pues desde la SEECh se llevan a cabo gestiones para poder dotar a los niños de uniformes y útiles escolares, y como en su mayoría llegan a clases cansados por las extenuantes jornadas de trabajo y falta de alimento, se les provee de desayunos escolares.
El modelo educativo se adaptó al ciclo agrícola, que es de marzo a noviembre, fechas en que las familias llegan a trabajar en el campo.