El río Chuvíscar, a la altura de la zona arqueológica conocida como Los Ojos del Chuvíscar, presenta deterioro en el cuerpo de agua que puede verse a simple vista, en forma de una gruesa capa de lama de color verde brillante, además de una sustancia de color obscuro que se repliega a los costados del afluente y ramas quebradas que con la humedad y la exposición a la intemperie, se descomponen generando más polución.
Así se pudo observar luego de realizar un recorrido por la zona, en el que se apreció el estado de deterioro en el área cercana a la zona arqueológica Los Ojos del Chuvíscar, que es un referente del patrimonio cultural ancestral del municipio de Chihuahua, localizado a unos 30 kilómetros al suroeste de la ciudad Capital, en las inmediaciones del Ejido Sierra Azul.
Debido a las lluvias de la temporada 2021, el afluente más importante de la ciudad de Chihuahua, la crecida del río Chuvíscar provocó el arrastre de rocas, escurrimientos y ramas –incluso árboles que fueron derribados y quebrados por la fuerza de la naturaleza-, lo que ha provocado que se acumulen en algunos recovecos de la zona, donde están expuestos a la humedad y la intemperie, provocando su descomposición que enturbia el agua.
Así mismo, se localizó una capa de sustancia de color obscuro, que se presume puede ser descarga de drenaje de la zona, que por el estancamiento del agua, se ha acumulado en la orilla, recrudeciendo la contaminación que afecta al Chuvíscar.
De acuerdo a información del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Los Ojos del Chuvíscar está una zona arqueológica integrada por dos abiertos rocosos, en los que fueron plasmadas pinturas rupestres, que relatan la vida de los pobladores del lugar de hace miles de años.