En un esfuerzo continuo por mejorar la calidad de vida de las comunidades indígenas y prevenir el desarrollo de conductas antisociales, la Unidad de Atención a Pandillas (UAP) de la Policía Municipal de Chihuahua ha intensificado sus labores de apoyo y prevención entre niñas, niños y adolescentes de los asentamientos rarámuri.
Los agentes de la UAP han implementado una serie de charlas preventivas que abordan temas cruciales como el consumo de sustancias tóxicas y alcohólicas, así como la violencia y otras prácticas antisociales. Estas charlas no solo buscan informar, sino también crear conciencia y fomentar hábitos saludables entre los jóvenes.
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Además, para mantener a los jóvenes alejados de las calles y de posibles influencias negativas, los policías promueven diversas actividades deportivas. Según uno de los oficiales preventivos del UAP, se han organizado partidos de fútbol y otros deportes para los hombres, mientras que para las mujeres se han establecido talleres de elaboración de artesanías y manualidades. Estas actividades no solo proporcionan entretenimiento y desarrollo de habilidades, sino que también fortalecen el sentido de comunidad y pertenencia.
La labor de la UAP se intensifica en los llamados "focos rojos" de la comunidad, es decir, áreas donde se ha detectado un aumento en el consumo o abuso de sustancias tóxicas. "Trabajamos en los asentamientos cuando detectamos focos rojos en la comunidad, es decir, si nos enteramos de que existen casos claros de consumo o abuso de sustancias tóxicas o alcohólicas, especialmente entre los más jóvenes. Dependiendo de qué tan grave sea y qué tipo de sustancias usan, nos da la pauta para saber qué pláticas o canalizaciones realizaremos”, explicó uno de los coordinadores.
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Además de las charlas y actividades deportivas, la UAP también trabaja con adolescentes que han cometido faltas administrativas, estos jóvenes son alentados a realizar acciones concretas en favor de la comunidad, como la limpieza de parques, la pintura de camellones y áreas públicas, y la reforestación de árboles.
Estas actividades tienen un doble propósito de igual forma de concientizar a los adolescentes sobre el impacto negativo de las conductas antisociales y ofrecer una forma de terapia ocupacional que les permita redirigir sus energías hacia actividades constructivas.
El éxito de estas iniciativas se debe en gran medida a la colaboración entre la UAP y otras dependencias gubernamentales. Esta sinergia permite la gestión y ejecución de un mayor número de actividades y proyectos que benefician directamente a los jóvenes de los asentamientos ralámuli. La coordinación entre distintas áreas del gobierno asegura que los programas no solo sean más efectivos, sino también sostenibles a largo plazo.
Las acciones emprendidas por la UAP han tenido un impacto positivo en las comunidades indígenas de Chihuahua, ayudando a reducir la incidencia de adicciones y conductas antisociales entre los jóvenes, por lo que los oficiales de la UAP y sus aliados gubernamentales continúan buscando nuevas formas de apoyar y empoderar a estas comunidades, asegurando que los jóvenes tengan las herramientas y el apoyo necesarios para construir un futuro mejor.