El Cerro Grande domina el paisaje sobre la ciudad de Chihuahua, se eleva sobre la mancha urbana 430 metros y alcanza una altitud sobre el nivel del mar de 2 mil metros. Es parte de nuestra cultura y define la imagen de la ciudad capital.
Su importancia es tal, que incluso adorna el escudo del estado de Chihuahua junto con el cerro del "El Coronel" y el "Santa Rosa", que definen el horizonte de la capital estatal. Pero esta importancia no comenzó con la llegada de los colonizadores que fundaron la actual ciudad que hoy alberga al ejecutivo estatal, sino que desde tiempos antiguos debió de ser una referencia para los pueblos originarios de nuestro estado.
De acuerdo al maestro Enrique Servín (1958-2019), el explorador español Juan Ponce de León (1460-1521) informó que el nombre que los nativos de esta región le daban al Cerro Grande era “Arewakawí”, palabra rarámuri compuesta por los términos Arewá (alma) y Kawí (montaña), por lo que el nombre puede traducirse como monte, montaña o cerro de las almas.
Este nombre podría indicar que alguna vez el Cerro Grande fue un lugar sagrado para los pueblos antiguos que fueron dueños de la tierra donde ahora vivimos, ya que el concepto de alma, arewá, es de gran importancia para la cultura rarámuri.
El “Parque Natural Arewakawí”
En el año 2015, el maestro Enrique Servín propuso “la creación del "Parque natural Cerro Grande", o "Arewkawí", abarcando todo el perímetro de la base del cerro. El parque incluiría la elaboración de rutas pedestres y descansos amigables compatibles con la apariencia actual del cerro, que es, por su perfil natural, uno de los más hermosos del estado, y que además figura en el escudo oficial de la entidad”.
El objetivo de esta propuesta era garantizar que la reserva ecológica del cerro, “no sea afectada en el futuro por los intereses de las inmobiliarias”. Y planteaba remover las piedras de la cruz que se improvisó con motivo del jubileo católico, bajo el argumento de que los espacios naturales no deben ser imbuidos por creencias e ideologías.
Además, el escritor chihuahuense, proponía subsanar “la enorme "raya" que se excavó cuando se intentó utilizar los terrenos de las faldas frontales para la construcción de viviendas”. Y recordó que cuando se propuso fraccionar la ladera del cerro “un grupo de activistas de la sociedad civil cubrió muchas bardas de la ciudad con leyendas a favor de la preservación del hermoso monumento natural que define la apariencia paisajística de nuestra ciudad”.
En la actualidad, todavía hay luchas entre grupos ecologistas e intereses económicos por preservar la integridad de esta área natural, que además de ser importante como ecosistema, es parte fundamental de nuestra cultura.