Chihuahua se encuentra considerado como un zona crítica forestal debido a que en la Sierra Tarahumara persiste la tala clandestina, lavado de madera, incumplimiento del programa de manejo forestal, cambio de uso de suelo, incendios forestales y delincuencia organizada.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales tiene identificada a Chihuahua entre las entidades con el más alto nivel de zona crítica forestal, junto con Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí y Ciudad de México.
La tala ilegal se ha convertido en una de las principales fuentes de recursos monetarios para los criminales, quienes han propiciado el desplazamiento forzado de miles de personas, tanto de comunidades indígenas como mestizas, quienes tienen que salir de su hogar para salvar su vida.
La tala se incrementa en los municipios de Bocoyna, Guachochi, Guadalupe y Calvo, Madera, donde además los enfrentamientos entre grupos criminales no cesan porque se disputan el territorio y el bosque.
El licenciado Oscar González Luna, subsecretario de Gobierno destacó que la tala ilegal preocupa a los habitantes de la sierra porque deja un grave daño ambiental, este delito se presenta en los lugares más alejados a las cabeceras municipales.
Mencionó que la tala ilegal provoca el deslave de tierras, un mayor número de incendios e incide en el clima, con temperaturas más altas e incendios que están acabando con el área boscosa entre Sonora y Chihuahua.
Durante el 2023 gracias a las denuncias se aseguraron 6 mil 931 m3 de madera, tanto en trozo como aserrada, más de 116 millones de pesos producto de la tala ilegal. Además se logró la detención de 10 personas, quienes fueron consignadas y sujetas a proceso penal por la tala ilegal.
De acuerdo a los datos de la Policía Forestal en el mes de junio de 2024 se detuvieron a cinco personas por delitos forestales, se aseguraron 233 unidades de madera en rollo y 06 vehículos involucrados. Además se revisaron 130 guías, 2 mil 308 unidades de madera en rollo revisadas y se realizaron 17 revisiones en aserraderos.
El licenciado Óscar González invitó a la población en general a hacer conciencia y denunciar la tala ilegal.
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La tala ilegal es una amenaza para todos debido a que acabar con el arbolado ocasiona cambios en el ciclo hidrológico, por lo que las lluvias no se presentan y la nieve tampoco.
Los residentes de las comunidades indígenas de Bocoyna, Guadalupe y Calvo, Urique han señalado el daño que sufre el bosque, donde los aguajes y manantiales se han secado porque los árboles jóvenes no llaman a la lluvia.
A ello se suman los incendios forestales, en su mayoría provocados para sacar a los indígenas de sus tierras y aprovecharse de los recursos maderables.
Este año, algunos incendios forestales estuvieron incontrolables por días debido a la sequedad del suelo, porque la lluvia ya no llega como antes, asegura Eva Pérez de la comunidad de Bosques de San Elías Repechique en Bocoyna.
A la fecha no hay autoridad que pueda contener la ola delictiva que se vive en la Sierra Tarahumara, mientras que los recursos naturales se siguen agotando.
Las zonas críticas también van en aumento, pues de 1997 a 2008 solo existían 2 ZCF, para 2009 se incrementó a 4, y de 2019 a la fecha son 5, lo que significa que están arrasando con el bosque.