El padre jesuita Javier Ávila destacó que acudió a la casa parroquial de la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique, y detalló que el poblado se mantiene en calma, pero reconoció que sí se percibe un ambiente de temor e inseguridad entre la población.
“Yo estuve ayer en la comunidad, estuve en la casa parroquial y la comunidad y el pueblo en general, se ve tranquilo, pero sí se nota en las personas, mucho temor, miedo e inseguridad; creo que es notable que, en estos hechos, la gente empiece a cuestionarse muchas cosas y teme”, subrayó.
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El clérigo destacó que también se puede ver mucha tristeza, debido a que la muerte de los dos sacerdotes, para la comunidad lastima mucho, porque ambos eran muy queridos y respetados, no sólo en Cerocahui, sino en todas las comunidades a donde ellos acudían a brindar servicios y apoyos.
Comentó que los religiosos de la región, continúan realizando sus labores, cada uno de sus lugares en donde sirven, sin embargo, adelantó que se estarán reuniendo con el padre provincial para abordar el tema y analizar las acciones a tomar entorno al caso.
Comentó que las autoridades desde hace mucho tiempo debieron tomar acciones en contra de la violencia que se vive en la región, pues estos hechos no son sólo de ahora, sino que datan de tiempo atrás.