En la casa hogar Refugio de Amor viven 26 infantes que oscilan entre los cuatro y los 12 años de edad; todos sueñan con ser profesionistas, también en formar un hogar y en algún día retribuir el apoyo que han recibido de sus tutores. “Somos una familia y entre nosotros prevalece el amor y el deseo por la superación”, dijo Norma Sujey Hernández Monreal, encargada del albergue.
Atenta y de buen trato, Norma se hace rodear de sus “niños”. Platicó que uno de los objetivos principales que practican en su refugio infantil, es lograr que estos menores de edad estudien y algún día alcancen sus metas.
Quienes logran visitar la casa hogar percibirán el cariño, las sonrisas y el buen trato de los infantes, pues transmiten amor y ternura, a pesar de ser infantes que se encuentran en un estado de orfandad por la pérdida, abandono de sus padres, por ser víctimas indirectas de algún delito o porque sus tutores son consumidores de estupefacientes.
“Tenemos muchachos que se fueron y estudian en la preparatoria y en la universidad; otros más ya son profesionistas, pero todos ellos aquí estuvieron con nosotros y ahora son maestros, abogados… nos gusta platicarlo porque siguen viniendo y nos ayudan, no olvidan que aquí fue su casa”, mencionó.
Prueba de ello es que actualmente prestan sus servicios dos jóvenes promesas: Jonathan Alejandro que quiere ser soldado y luego chef, así como Karen Nohemi, que quiere ser abogada. Ambos asisten diariamente al alojamiento Refugio de Amor para ayudarles a Norma y a su marido Misael de León, en la coordinación de las actividades diarias.
La encargada de esta casa hogar aseguró que son muchos los gastos que se generan semanalmente para mantener a estos casi 30 infantes. “Tenemos a 14 varones y a 12 niñas, todos muy bien portados”.
Valentín es el más pequeño, el “conse”; luego le sigue Frida, de cinco años, una niña muy cariñosa y tierna. De los varones el mayor es el tremendo Fabián, de 13 años; por las niñas la mayor es Larissa, de 14, quien lidera la limpieza y ayuda a sus compañeritos a hacer las tareas que les encargan en la escuela.
“Todos se alimentan con sus tres comidas diarias. Son muchos los gastos que tenemos, incluso, hay veces que hemos pagado hasta 2 mil pesos de gas y ahorita tenemos una deuda de 60 mil pesos en la Junta de Agua”.
Explicó la maestra Norma que para poder solventar parte de estos gastos económicos, los fines de semana realizan varias actividades como la venta de aguas frescas y hamburguesas.
“Desafortunadamente no tenemos apoyos fijos de gobierno, sino que subsistimos de lo que generamos y de aportaciones que vienen y nos traen particulares”. Misael agregó que en muchos de los casos les donan alimentos pero muchos ya llegan caducados, “los tenemos que tirar”.
Norma y Misael aseguran que varios de los menores vienen de entornos difíciles, y que por ese motivo los afectados acuden a terapia psicológica y no se les desatiende. Perciben que los menores poco a poco superan las condiciones adversas a través de la convivencia con sus propios compañeros.
Asimismo, todos estudian, asisten a una escuela contigua en la colonia Mármol I.
“Y es que no sólo recibimos a estos niños, sino que también brindamos asesorías a mamás solteras con problemas en sus casas. Muchas de las señoras que vienen con nosotros son de origen tarahumara que no saben leer ni escribir, por ello se les dificulta plasmar su problemática”, expresó Norma.
El orfanato es una asociación civil que tiene su sede en Ciudad Juárez, desde donde dirige el director general, Pedro Martín Núñez, y la Casa Hogar Refugio de Amor A.C., está ubicada en las calles Nueva Vizcaya y Misión de Santa Bárbara, en la colonia Mármol I.
Se trata de un amplio inmueble donde en estos momentos claman por la impermeabilizada antes que comience la temporada de lluvias; de igual manera carecen de lavadoras; su tanque de gas estacionario está por caducar y los infantes necesitan el apoyo de ropa y calzado.
“Son muchas las necesidades que se generan, pero es tanto el amor que tenemos por ellos que siempre buscamos la manera de salir adelante”, sostuvo la maestra Norma Hernández.
Misael de León agregó que “también necesitamos que la autoridad municipal nos apoye con la recolección de basura; los señores que llegan en sus camiones nos quieren cobrar 300 pesos por vaciar nuestro tambos; además, pedimos la presencia de patrullas ya que por las noches ha habido casos de jóvenes delincuentes que se han brincado a nuestras instalaciones y se han robado cosas”.