El Monitoreo Estatal de Pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social refiere que a inicios de 2022 la pobreza en madres de familia aumentó 21% en la entidad, pues de 159 mil 300 mamás que en 2018 clasificaron con uno o más tipos de rezago, para inicios de 2022 la cifra es de 192 mil 750.
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Los tres principales tipos de rezago a los que se enfrentan las mamás chihuahuenses son el de tipo alimentario, de servicios y laboral.
Del total de madres de familia en situación de pobreza, el 57% no cuenta con recursos para acceder a una alimentación saludable, y las principales causas de este tipo de rezago son el desempleo y los bajos sueldos en los centros de trabajo.
Pero no sólo las mujeres que tienen hijos reportan pobreza, sino que en general la población femenina en condición de pobreza supera a la masculina, pues la primera asciende a 539 mil (pobreza con uno o más rezagos) contra 413 mil hombres en esta condición.
El Monitoreo Estatal refiere que la crisis económica por la pandemia del Covid-19 afectó más a las mujeres que a los hombres, de tal forma que muchas quedaron sin empleo, fueron despedidas o no han logrado conseguir un trabajo remunerado, y en el mejor de los casos, tienen un empleo con bajo salario.
Al respecto, se estima que en el estado de Chihuahua cuatro de cada diez mujeres con hijos son solteras y no cuentan con apoyo económico del padre de sus hijos, lo que las convierte en un sector más vulnerable, pues deben sacar adelante los gastos de su hogar solas.
Gran parte de las madres en condición de pobreza optan por ingresar a laborar en el sector maquilador, principalmente en puestos operativos, y aun en los casos en que cuentan con una carrera profesional, tienen que subemplearse, pues en esta industria tienen oportunidad de elegir horarios de empleo para cuidar de sus hijos o bien emplearse en una segunda actividad.
De acuerdo con las cifras, otro gran porcentaje de mujeres trabajan como afanadoras, vendedoras, en el ramo de alimentos, tanto en el comercio formal como informal.
Los tipos de pobreza que enfrentan las madres chihuahuenses abarcan desde falta de vivienda digna, carencia de espacio suficiente para habitar, falta de empleo o subempleo, que a su vez desemboca en insuficientes ingresos que no les permiten tener acceso a una alimentación saludable.
El INEGI coincide en que las mujeres son uno de los grupos más vulnerables, pues de quienes laboran fuera de casa, un 70 por ciento percibe un sueldo inferior a los 6 mil pesos mensuales; el 15 por ciento, menos de 5 mil pesos al mes, y sólo 15 por ciento cuenta con un sueldo mayor a 10 mil pesos al mes.
Por otra parte, de acuerdo con el Informe sobre Pobreza y Género, el promedio de trabajo doméstico o de cuidados no remunerados se ubica en 27.8 horas semanales para las mujeres y 15.2 para los hombres, lo que también deja visible la desigualdad, pues atender actividades del hogar les impide en muchas ocasiones acceder a más tiempo de trabajo remunerado o desempeñarlo sin una carga extra de trabajo no remunerado.