Chihuahua es la quinta economía agropecuaria de la nación, detrás de Sinaloa, Sonora Jalisco y Michoacán con casi 300 mil hectáreas de riego, pero también es un gigante con pies de arena debido a las grandes brechas sociales que existen y a la insustentabilidad dado que nos estamos acabando los recursos naturales, explica el doctor Víctor Quintana Silveyra, quien desarrolló un estudio sobre las grandes diferencias sociales en la agricultura para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
“El sector agropecuario es muy dinámico, tiene un crecimiento mayor que la industria de la transformación y el sector servicios en los últimos 20 años”, arroja el estudio que será presentado mañana en Ciudad Cuauhtémoc por parte de CEPAL, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, el Consejo de Cuenca Laguna de Bustillos-Laguna de los Mexicanos y el Observatorio Participativo Socio-Ecológico (OPSE). Además la próxima semana se presentará en el Seminario en Costa Rica.
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El estudio denominado “Un gigante con los pies de arena”, es parte del análisis de diferentes tipos de agricultura para la conceptualización de una nueva ruralidad en el norte de México: el caso de Chihuahua, el autor es Víctor Quintana Silveyra y el coautor Martín Solís.
El doctor Víctor Quintana Silveyra explicó que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) le encargó realizar un estudio sobre las brechas sociales que hay en la agricultura, por lo que se eligió a Chihuahua debido a que cuenta con una gran diversidad como es la agricultura de autoconsumo que se da en la Sierra Tarahumara, la de temporal que en ocasiones hay excedentes para comercializar; la agricultura de pequeños, medianos e incluso grandes productores.
En entrevista para El Heraldo de Chihuahua, destacó que hay una nueva ruralidad, muy distante a la que se contaba hace 30 años, ello se debe en gran medida al entonces tratado de libre comercio, hoy T-MEC, que trajo cambios muy fuertes con las políticas neoliberales como es la importación, la desregulación, entre otros, “Pocos estados han sufrido tanto el tratado, ya que Chihuahua no tiene las ventajas competitivas que tienen los estados que producen tequila, aguacate o berries que es lo que más se exporta. Lo que Chihuahua produce tiene competencia en el suroeste de EU”.
Además señala que el campo chihuahuense ha sufrido con la migración, pues a pesar de que el flujo migratorio se vivió más fuerte en la década de los ochenta, ésta continúa y da pie a la renta de tierras y al acaparamiento. De la misma manera, la zona temporalera, con el cambio climático, se ha ido convirtiendo a la ganadería, es decir, ya no se produce maíz de temporal. Chihuahua se destaca como gran productor de maíz amarillo forrajero que se destina para alimentar al ganado o para la industria almidonera.
La penetración del crimen organizado en el campo chihuahuense es otro de los grandes problemas.
La región hace la diferencia
Chihuahua cuenta con tres regiones privilegiadas en cuestión de agricultura y ganadería, revela este estudio, en ellas se concentra la producción, los apoyos para tecnificación de riego, y el subsidio a la energía eléctrica; pero también son los que acaparan a mayor cantidad de pozos irregulares, sobre concesiones en los distritos de riego y extracciones de agua de manera clandestina.
El doctor en Ciencias Sociales destacó que para el estudio se definieron siete regiones en el estado, donde se advierte que hay mucha marginación y desigualdad entre una y otra.
La región Desierto, es una de las privilegiadas, ésta comprende los municipios de Janos Casas Grandes, Galeana, Buenaventura, Nuevo Casa Grandes, Ascensión, Villa Ahumada, Juárez, Práxedis G. Guerrero y Guadalupe.
La región Conchos, que va desde San Francisco de Conchos, Camargo, La Cruz, Saucillo, Delicias, Julimes, Rosales, Meoqui, Manuel Benavides, Coyame, Ojinaga y Aldama.
La región donde nació la agricultura en Chihuahua, es denominada Lomeríos del Sur y está conformada por Parral, Balleza, San Francisco del Oro, Santa Bárbara, Huejotitán, El Tule, Valle del Rosario, Jiménez, Matamoros, Allende, López y Coronado.
Los Lomeríos del Centro se encuentran los municipios de Belisario Dominguez, Satevó, Santa Isabel, San Francisco de Borja, Gran Morelos y Chihuahua.
La región Noroeste serían Cusihuiriachi, Cuauhtémoc, Riva Palacio, Guerrero, Bachíniva y Namiquipa, los cuales comparten muchas características productivas.
Mientras que Ignacio Zaragoza, Gómez Farías, Madera, Temósachic, Matachí es la región Babícora. El resto de los municipios comprende la región Sierra Tarahumara.
En las tres regiones privilegiadas se cuenta con la mayor cantidad de hectáreas irrigadas con agua rodada o por bombeo, donde se producen los productos donde Chihuahua destaca como son algodón, alfalfa, maíz amarillo, manzana, nuez, chile, cebolla y ganado bovino.
Acceso al agua y marginalidad
La madre de todas las brechas es el acceso al agua, ya que el riego hace la gran diferencia en cuanto a la marginalidad. “Ninguno de los municipios que tiene riego se encuentran en marginalidad media, el regadío es definitorio”.
Destacó que en Villa Ahumada, Buenaventura, Cuauhtémoc, Ascensión, Nuevo Casas Grandes hay más hectáreas regadas que en la región Conchos, donde los municipios son de marginalidad baja. Los municipios de marginalidad media y muy alta están en la Sierra Tarahumara, algunos en Lomeríos del Centro y Sur, o en la Babícora como Temósachic.
“El acceso al riego no es homogéneo, sino que está diferenciado”, afirma Quintana Silveyra, ya que explica que de las 275 mil hectáreas abiertas en el desierto en los últimos 23 años, la mayoría pertenecen a los menonitas: en Ojinaga, Camargo y Julimes con El Oasis; Buenaventura con la Colonia El Valle, Villa Ahumada en Valle de la Esperanza ; Aldama Colonia El Cuervo; en Ascensión y Cuauhtémoc.
En cambio el agua de los Distritos de Riego del Conchos está más o menos bien distribuida, es decir, no existe tal acaparamiento como se decía durante el conflicto por el agua, que inició en el 2019 y estalló con la toma de la presa La Boquilla. El acaparamiento se da en unas cuantas empresas y familias en las regiones con mayor cantidad de hectáreas regadas.
Lamentó que esta situación se dé bajo el amparo de la Comisión Nacional del Agua
Nos estamos acabando el agua de las futuras generaciones
“No vamos a aguantar el ritmo de cómo se está regando”, afirmó Víctor Quintana, ya que con el agua que está autorizada para regar esas 275 mil hectáreas, se riegan 500 mil hectáreas, prácticamente el doble.
Destacó que los pozos piratas y las extracciones clandestinas incrementan el gasto de agua.
“La próxima generación se encontrará con el agua agotada”, aseguró el académico, quien refirió que en días pasados un estudio de S&P arrojó que Chihuahua será de las primeras ciudades en agotarse el agua.
El agua, sobre todo del subsuelo, de que disponen ahora los productores para los diferentes cultivos, está en proceso de agotamiento y las generaciones de un futuro próximo tendrán cada vez menos acceso o ningún acceso a ella.
De acuerdo con la publicación de la disponibilidad de agua subterránea del Sistema Nacional de Información del Agua, en el estado de Chihuahua se tiene un volumen total concesionado de 3,334 Hm.3 para todos los usos anualmente, sin embargo, se extraen 6,566 Hm.3 anuales, la gran mayoría para uso agrícola, por lo que hay un déficit anual de 3,312 Hm.3, si se considera el volumen de agua comprometido, lo que significa que se extrae el doble del agua concesionada.
La brecha de los subsidios y brecha del género
Los programas para el campo desaparecieron con Andrés Manuel López Obrador, entre ellos Procampo y Proagro, los cuales se entregaban en las regiones de Desierto, Conchos, Noroeste y poco en Babícora. Ya desaparecieron. Ahora con Producción para el Bienestar se reconfiguró y brinda cobertura a la Sierra Tarahumara.
En cuanto al Programa de Apoyos a la Comercialización en Chihuahua se concentra, pues, en los productores de maíz de riego y de algodón de las regiones Noroeste, Desierto y Conchos. Aunque el monto total distribuido a los productores de frijol es ligeramente inferior al del algodón, el número de productores es mucho mayor. Durante estos años Chihuahua siguió la misma tendencia desigual que a nivel nacional.
A nivel estatal, ni al nacional, el Programa de Apoyos a la Comercialización no contribuyó a reducir las brechas entre productores ni entre regiones, al ser concentrado por empresas y agricultores medios o acaudalados. Fue un programa regresivo que fue eliminado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. No se opera más.
El programa de Apoyo a la Tecnificación del Riego se entregó a unos cuantos. De cada 5 pesos, 4.1 se entregaron a la región del Desierto y Conchos.
Don Víctor señaló que en el estudio se proponen algunas políticas públicas para hacer efectivos los derechos de las personas en las comunidades más excluidas; en torno a la Gobernanza y Sostenibilidad de los Recursos Naturales, así como impulsar economía dinámica y sustentable en el medio rural.