Un migrante venezolano de nombre Jean Carlo, casi pierde dos de sus dedos cuando fue obligado a bajar del tren de Ferromex en Torreón hace menos de un mes, teniendo que ir por su cuenta a un hospital para ser atendido y no perder sus dedos.
Según contó Jean Carlo, se encontraba en el Torreón, Coahuila en un vagón férreo cuando autoridades lo obligaron a bajar del tren cuando seguía en movimiento, “si no te bajas cuando te dicen te agarran con la culata de la pistola y te golpean”, expresó el extranjero.
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Asimismo, mencionó que cuando los agentes de la Institución Nacional de Migración (INM) vieron que se encontraba herido de gravedad, solo se rieron, por lo que la esposa del hombre tomó una de las prendas que llevaba limpias para envolverle la mano y dirigirse a un nosocomio, “si yo me pongo a esperar a que me lleven, pierdo los dedos”.
En el nosocomio donde lo atendieron, le colocaron un clavo en ambos dedos que se lesionó para mantenerlos estables, en el momento le pusieron medicamento para el dolor y lo desinfectaron, sin embargo, ha tenido que comprar los demás medicamentos por su cuenta ya que el hospital no le dio medicinas extra para el viaje.
“Ahorita tengo que ir a una farmacia para comprarme otros vendajes y algo para desinfectar las heridas”, comentó Jean Carlo, quien comenta que los suplementos médicos que necesita, incluidas las gasas y medicina para dolor, se las dan más caras de lo que deberían, “me ven que soy migrante y todo me lo quieren dar más caro”.
Al mismo tiempo, el venezolano mencionó que en Torreón se encontró con muchos paisanos que al igual que él, tienen heridas por su travesía, desde adultos mayores hasta menores de edad, “había un niño que también lo obligaron a bajarse del tren en movimiento y el pobre se cayó de cabeza, fuimos juntos al hospital, tuvieron que hacer una sutura en su cabeza por la herida tan grande que se hizo”.
“Este camino no ha sido nada fácil, no nos dejan avanzar y nos maltratan, por eso estamos pensado en hacer una caravana todos juntos, todos los que estamos aquí para irnos caminando hacia la frontera, a ver si así nos detienen”, dijo el migrante con la desesperación marcada en la voz.
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La afluencia de extranjeros en la ciudad no ha parado desde hace más de cinco meses, llegando grupos pequeños de migrantes todos los días con cada tren que entra en la capital, tan solo la tarde noche de ayer, arribaron a la ciudad poco más de 200 migrantes por medio de los trenes de Ferromex, siendo obligados a bajar en la estación Tabalaopa, al sur de la ciudad.
Dichos migrantes llegaron en grupos pequeños durante toda la tarde hasta entrada la noche que llegó el último vagón, mismos que por la necesidad de descansar se quedaron en el campamento que se encuentra a un costado del bulevar Juan Pablo II a la altura de la calle Industrial 10, donde hasta el día de hoy se encuentran alrededor de 300 migrantes en la zona y sus alrededores.
Al mismo tiempo en que llegan más migrantes, también son decenas de extranjeros los que se cansaron de esperar y decidieron continuar su camino por cualquier medio posible; algunos buscan suerte caminando por las vías más al norte de la ciudad intentando subirse a un tren.
Otros, que tienen la posibilidad y el capital suficiente, pagan a los ciudadanos o a los Uber para que los lleven hasta Juárez o bien, que solo los acerquen a la siguiente ciudad; mientras que otros, solo tomaron sus cosas y agarraron rumbo hacia el norte a pie.