Investigadores de la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas de la Universidad Autónoma de Chihuahua, extensión ciudad Cuauhtémoc, trabajan en un proyecto para determinar el impacto de los bioestimulantes en la planta del tomate e impulsarlo como cultivo alternativo para los agricultores de la región.
La estudiante de la maestría en Ciencias Hortofrutícolas, Mariana Barrera, señaló que la investigación evalúa el efecto de los bioestimulantes en la calidad y rendimiento del tomate para determinar la utilidad de este aditamento.
Esto debido a que se trata de sustancias naturales que optimizan los procesos habituales de la planta y previenen la degradación de los suelos.
Barrera, indicó que “actualmente, las condiciones de suelo de la zona permiten el cultivo, sin embargo, para garantizar un ciclo largo, es necesario tomar medidas que corrijan las carencias del entorno y no comprometan la calidad y rendimiento del tomate, lo cual es costoso, al igual que la dependencia de productos sintéticos para su cultivo”.
Así, el proyecto aplica los aditamentos en ciertas zonas de la planta y lo compara con un manejo convencional y sin suplementos. En la hoja, se utilizan elementos derivados de la planta gobernadora y de la remolacha azucarera, que generan una rápida respuesta a diversos tipos de estrés; mientras que, en la raíz, utiliza algas marinas y microorganismos, que satisfacen la limitada cantidad de agua de la región, además de contribuir en la absorción de los nutrientes del suelo.
Los bioestimulantes no garantizan la producción de buenas cosechas, sin embargo, los resultados arrojados de la investigación son superiores a los de un manejo convencional, destacando que el mejor tratamiento es el que va únicamente a la raíz, lo que permite abaratar costos y volver más rentables los sistemas de producción, para finalmente, crear una alternativa para los productores.