Debido al impedimento de parte de las autoridades del Instituto Nacional de Migración por entrar y permanecer dentro de los patios de Ferromex, los extranjeros que se encuentran en la ciudad han decidido buscar medios de transporte alternos para llegar a la frontera con Estado Unidos.
Valeria, una joven mujer venezolana de un grupo de alrededor de 80 migrantes en el Oxxo de la Juan Pablo II, donde pernoctaron los extranjeros entre cobijas, cobertores y chamarras, comentó que tuvieron que llegar a la ciudad caminando, debido a que fueron asaltados en Torreón llegando a Gómez Palacio.
Por ello, se han visto a grupos de migrantes en la zona sur de la ciudad tomando el camión urbano para llegar lo más al norte que puedan, yendo al centro de la ciudad y más adelante; asimismo, muchos otros extranjeros tomaron la decisión de ir caminando por las vías del tren hasta conseguir otro medio de transporte.
Mientras que aquellos que tomaron los camiones urbanos al centro de Chihuahua, esperan conseguir apoyo de la ciudadanía para llegar a Ciudad Juárez y llegar a su meta, que es el pasar a Estados Unidos para iniciar una nueva vida, y concluir lo que ha sido el viaje más peligroso y tedioso de sus vidas.
Valeria mencionó que en un principio escucharon y sintieron como el tren paró repentinamente, esto debido a que algo le había pasado en las vías que obligó el freno inesperado, poco después, cuenta que apareció una camioneta de color blanca con los vidrios negros, de la que bajaron hombres corpulentos con armas.
Por temor a ser privados de su libertad como han escuchado que les pasó a muchos otros de sus paisanos, por lo que saltaron de lo alto de los vagones cayendo en el desierto, rápidamente corrieron hasta perder a los hombres que detuvieron el tren.
Más adelante ya en el estado de Chihuahua, encontraron y alcanzaron a subirse a otro tren férreo que los dejó en la estación Tabalaopa, donde fueron sacados a la fuerza durante la madrugada del lunes 9 de enero, cuando la temperatura alcanzó los -7 grados Celsius.
La joven extranjera y otro grupo de migrantes pernoctaron en la intemperie, calentándose con ayuda de fogatas improvisadas, cobertores, chamarras y sus propios cuerpos; días más tarde trataron de ir a un albergue para pasar la noche, sin embargo, al llegar al más cercano, les dijeron que no tenían lugar para todos los extranjeros.
Debido a lo anterior, la mayoría de los migrantes se distribuyeron en los alrededores de la zona sur de la ciudad, cerca de las vías del tren en caso de conseguir subirse a uno de los vagones; estos extranjeros que siguen utilizando los trenes como transporte son especialmente los que se quedaron sin capital a lo largo de su viaje.
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No obstante, los agentes del INM les impiden quedarse en las inmediaciones de los patios de Ferromex, por lo que la mayoría rondan por las colonias que quedan cerca de las vías, siendo recibidos por los chihuahuenses con cobijas y comida caliente.
Hasta el momento, los migrantes que continúan en la ciudad esperan a que salga un tren durante el transcurso de la mañana, para llegar aun con sol a la ciudad fronteriza y evitan viajar de noche por las bajas temperaturas en la capital.