Héctor Lozoya, dirigente de la cabalgata Vertiente Norte de Ciudad Juárez, destacó que está integrada por niños, niñas, adolescentes y jóvenes, quienes disfrutan de la equinoterapia de viajar desde la frontera norte del estado al municipio del sur, donde se conmemora a Francisco Villa, y que la experiencia es un legado de convivencia y honor a los símbolos patrios.
“Este año cumplimos 15 años saliendo de manera consecutiva de Ciudad Juárez, venimos 30 jinetes. Esta cabalgata empezó como un reto, se convirtió en una tradición y muchos de los cabalgantes son jóvenes y niños, eso es lo que nos impulsa a darle continuidad. Más en tiempos difíciles como los que estamos viviendo. Es algo muy bonito que se ha estado perdiendo poco a poco. Inculcar el sentido de arraigo de pertenencia, rescatar nuestras tradiciones. Hemos estado tratando de inculcar los honores a la bandera, en voz de Sergio Ledezma, desde que salimos de Ciudad Juárez. Cada vez que llegamos a un pueblo, entregársela a la autoridad. Tengo que reconocerle al Municipio de Chihuahua, al presidente municipal, Marco Bonilla que le tocó como interino, y hoy como presidente recibirnos y es un excelente anfitrión”, manifestó Héctor Lozoya.
Durante su estancia en el municipio de Chihuahua han montado un campamento en la zona norte del territorio municipal, próximo a las Curvas del Perico, donde descansarán y recobrarán ánimos y energía para continuar con la travesía hasta Hidalgo del Parral, Chihuahua.
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El día 12, a las 16:00 horas, se sumarán al desfile de la plaza del Ángel a la Unión Ganadera, en el que mostrarán la verdadera cara de Chihuahua, la convivencia, la de gente trabajadora, la de los niños.
Posteriormente, saldrán el día 13 a Parral, nos sentimos muy orgullosos de ser respaldados por los jinetes, y representar a nuestra comunidad. Es muy fácil convocar a la gente a la fiesta, pero venir cabalgando 50 kilómetros diarios, hasta 12 horas en el día, no es nada fácil.
Los recorridos son de 50 kilómetros que se dividen en tramos y por horarios: durante la mañana avanzan hasta 15 kilómetros, luego toman una pausa en la que dan descanso y agua a los caballos; continúan 15 kilómetros más, hacen una pausa para comer, y ya por la tarde, avanzan 20 kilómetros para completar la ruta diaria. En cada parada, dan suero o agua a los caballos, para hidratarlos.
“Los invitamos a que nos acompañen, así como nosotros venimos acompañándolos a Chihuahua. Es muy recomendable esta equinoterapia, desde Juárez hasta Parral”, finalizó.
Dos jóvenes jinetes acompañan la cabalgata
Edwin Martínez, 13 años, estudiante de segundo año de secundaria. “Llevo seis años cabalgando, son pesadas nada más del principio, cuando vamos saliendo de Juárez, nomás, en lo más cálido. Traigo dos caballos, uno es el Mazapán y el otro es el Burro Pinto. Lo más pesado de la cabalgata es soportar los calores, vamos en la mitad, todavía falta una semana. Empecé a montar desde los tres años, y lo hago nada más por el gusto de cabalgar. Sí es bastante caro mantener a los caballos, pero invito a todos los que se quieran integrar a que se animen, es una experiencia única, y va con el perfil que quiero estudiar de veterinario”
Arlette Villegas, 19 años, estudia Comercio Internacional, y practica equitación. “Empecé a participar en la Cabalgata Villista desde que tengo cuatro años, con mi papá. Me venía en ponys, acompañamos al contingente de Juárez y aquí los recibimos en el rancho. A mí me gusta mucho, porque es una convivencia muy padre entre las familias. El campamento es en trailas, y es una experiencia muy especial; me la paso muy padre, hago muchos amigos. Son jornadas muy largas, entre ocho y diez jornadas diarias, pero no quiero que pase el tiempo para que no termine el viaje. Se crea mucha unión en las cabalgatas. Mi caballo se llama Johnny Walker”.