La falta de oportunidades y la criminalización que se hace a las personas en situación de movilidad es lo que genera los campamentos en la capital, señaló Jorge Pérez Cobos, director de Uno de Siete Migrando, quien aseguró que la situación es muy preocupante.
“Estos campamentos son una respuesta a la falta de oportunidades para un migrar seguro, a que no se les deja comprar un boleto de autobús para viajar hacia la frontera, así como el no poder trabajar”.
Jorge destacó que en estos campamentos no hay una atención adecuada, no hay higiene ni oportunidad para cuidar su salud y la niñez que les acompaña.
La asociación civil Uno de Siete Migrando no ha podido abrir la casa del migrante, debido a la falta de recursos. Las instalaciones se ubican en un predio de 2 mil 500 metros y tendría capacidad para albergar a 150 personas por noche. Estas instalaciones serían una solución a esos campamentos improvisados.
A las personas migrantes se les prohíbe estar junto a las vías y la única alternativa con la que cuentan es establecer estos campamentos cercanos. En donde se puede ver la necesidad que tienen las personas y que no están siendo cubiertas. Entre ellas el frío, ya que en estos últimos días la capital registra temperaturas por debajo de los cero grados y ellos duermen a la intemperie.
“Es un llamado a la sociedad en general, estamos tratando de reactivar el voluntariado para que de una forma organizada se les pueda brindar ayuda”, señaló Jorge, quien agregó que además exhorta a la población a no criminalizar a estas personas, porque a todos corresponde ayudar, buscar alternativas y unir fuerzas.
Jorge resaltó que la Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas designó a un médico pasante para apoyar a Uno de Siete Migrando, que se encargará de brindarles apoyo a las personas migrantes. El médico será capacitado para la atención.
“Nosotros somos solo una de las piezas de las que deberían estar funcionando para atender este reto que presenta la crisis migratoria”.
En Juárez se cuenta con el albergue municipal Enrique “Kiki” Romero, donde la Dirección de Derechos Humanos brinda refugio, seguridad y atención médica, además se les ayuda a satisfacer necesidades básicas y brinda asistencia en su proceso de migración.
A las personas en situación de movilidad se les garantiza servicios gratuitos como alimento, artículos de higiene personal, baños, regaderas, atención médica. De acuerdo a los registros de este albergue se han brindado 3 mil 300 consultas médicas. En la escuela de regularización se ha brindado apoyo a más de 950 niñas y niños, de estos 500 han hecho uso de la biblioteca. El área de maternaje ha recibido a 300 mujeres. Este albergue logró atender a personas de 28 nacionalidades, desde países centroamericanos hasta personas provenientes de China, Senegal, Afganistán, Congo, Mauritania y Guinea Ecuatorial.
El albergue es reconocido como un espacio seguro que brinda una estancia digna, por hace unas semanas recibió la visita de integrantes del Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana (FICOSEC) mismo que plantea lanzar una campaña informativa dirigida a la población migrante, donde uno de los puntos es promover los espacios humanitarios donde se les puede brindar refugio de manera segura.
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En Chihuahua capital no se cuenta con un espacio de este tipo, por lo que alrededor de 150 muchas personas en situación de movilidad han decidido acampar en casas de campaña y en refugios improvisados con hules, en un predio ubicado a un costado de la avenida Juan Pablo II, muy cerca de los patios de Ferromex, con la esperanza de subir al tren de carga que va a Ciudad Juárez.
Jorge Pérez destacó que a la fecha están en pláticas con el Municipio de Chihuahua para ver si se logra concretar el apoyo económico, lo mismo con algunas otras fundaciones a fin de que pudieran ofrecerse servicios asistenciales y jurídicos.
La casa del migrante que operará Uno de Siete Migrando es muy grande, por lo que se requieren de muchas manos para operarlo, a la fecha tiene abogada, psicóloga y médico, pero no tienen voluntarios para hacer comida, abrir la puerta y repartir los apoyos.