Asesores técnico pedagógicos y supervisores de Educación Física del subsistema educativo federal, participaron este jueves en una capacitación para que puedan ser coadyuvantes en la detección y prevención de violencia y abusos contra niñas, niños y adolescentes.
En reunión vía zoom se le informó a este personal en todo el estado sobre el protocolo de actuación que se tiene establecido por parte del Gobierno Estatal, para que sepan cómo deban proceder cuando tengan conocimiento de hechos de este tipo.
La capacitación estuvo a cargo de Karina Morán Quintana, integrante del equipo de especialistas del Departamento de Mediación y Convivencia Psicología de Servicios Educativos del Estado de Chihuahua (SEECH).
La expositora señaló a las y los participantes que a la fecha se han incrementado los casos de violencia en contra de niñas, niños y adolescentes y uno de los factores es el encierro en casa debido al Covid-19.
Indicó que hay además familias con problemas de violencia, por lo que en algunos casos la escuela representa para estos menores el lugar más seguro, pero hasta ahora permanece también cerrado como estrategia de salud ante la pandemia.
Se refirió en su plática a algunos factores que se pueden detectar y que indiquen posibles casos de agresiones o maltratos a niños, niñas y adolescentes, tales como, moretones, fracturas, heridas o falta de cabello y en el aspecto emocional y conductual, estado permanente de alerta, temores, tensión, agresividad, comportamiento impulsivo, vergüenza y baja autoestima.
En el caso de la comisión de posibles abusos sexuales contra menores, las manifestaciones pueden darse mediante reacciones como la expresión de miedos que antes no se tenían, pesadillas, insomnio o sueños intranquilos, inquietud, ansiedad, depresión, rechazo a contactos afectivos que antes eran permitidos y miedo a personas o a determinados lugares.
En cuanto a los indicios exteriores o físicos, éstos pueden ser laceraciones o moretones en áreas genitales, dolores o molestias en estas partes corporales al orinar o sentarse, retención de heces o miedo a orinar o ir al baño.
Resaltó que lamentablemente en la mayoría de los casos de abuso o agresión sexual, el responsable forma parte del entorno familiar de la víctima y no siempre utiliza golpes o amenazas, sino la confianza, el cariño y el afecto.
La capacitadora es licenciada en Psicología y en Educación, con especialidades en Abuso Sexual, Violencia Familiar y Acoso Escolar