El 14 de mayo del 2015, la colonia Laderas de San Guillermo en el municipio de Aquiles Serdán, conurbado a la ciudad de Chihuahua, fue sacudida por un acto de violencia inimaginable. Christopher Raymundo, un niño de apenas 6 años, perdió la vida en manos de otros menores de edad en un incidente que conmocionó a todo el país.
La triste noticia que vio la luz hace nueve años, comenzó con cinco jovencitos menores de edad y el pequeño Chrístopher, quienes se vieron envueltos en esta tragedia, que comenzó como un juego inocente pero rápidamente se transformó en una pesadilla que se desarrollaría en un polígono de la zona metropolitana de Chihuahua caracterizado por sus altos niveles de marginación.
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El asesinato de Christopher
Dos jovencitas de 13 años, dos varones de 15 y un menor de tan solo 11 años, invitaron a Christopher a juntar leña en la ladera del arroyo, después de lo cual, lo invitaron a jugar a secuestrarlo. Sin sospechar el destino que les esperaba, Christopher aceptó la invitación.
Una vez en el lugar, los responsables ataron a Christopher de pies y manos y comenzaron a golpearlo con un palo espinoso y a lanzarle piedras en el rostro. Finalmente, uno de los adolescentes lo sofocó con un palo en el cuello.
Creyendo que la víctima estaba muerta, cavaron un hoyo y lo enterraron boca abajo. Pero el horror no terminó ahí, una de las jóvenes le apuñaló por la espalda antes de ocultar completamente su cuerpo bajo maleza y restos de animales.
El hallazgo del cadáver fue posible gracias a la madre del pequeño quien rápidamente se dio a la búsqueda de su hijo cuando lo extrañó, y a la labor de la Fiscalía General del Estado, que logró dar con los jóvenes involucrados.
Las declaraciones de estos menores, aunque contradictorias al principio, finalmente revelaron la terrible verdad y llevaron a las autoridades al lugar donde habían ocultado a Christopher.
La sentencia
Después un juez dictaminó sentencias para los responsables. Jesús David, de 15 años, recibió una condena de 9 años y seis meses. Para Irving de 12 años, Alma Leticia y Valeria Yaneth de 13 años, se les otorgó una pena de 3 años y seis meses de libertad asistida, la cual continúan purgando en la actualidad.
Sin embargo, uno de los implicados, Jorge Eduardo de 15 años, fue declarado inimputable por el juez. Los exámenes psicológicos revelaron un lenguaje y un razonamiento propios de un niño mucho más joven que su edad física, lo que llevó a su liberación.
El caso de Christopher Raymundo ha dejado una profunda huella en la comunidad de Chihuahua y ha generado un llamado urgente a reflexionar sobre la violencia entre jóvenes y la importancia de la prevención y la educación en valores desde temprana edad. La memoria de Christopher vive en el recuerdo de aquellos que lo amaron, mientras que su tragedia sigue siendo un recordatorio doloroso de las consecuencias devastadoras de la violencia y la marginación.