“Dejémonos transformar por el Espíritu Santo que nos ayuda a perdonarnos, que no nos fijemos solo en los errores, sino que seamos capaces de perdonar para brindar una oportunidad y tender la mano a los demás”, señaló el presbítero Raymundo López, párroco de la Catedral Metropolitana de Chihuahua, al presidir la solemnidad de Domingo de Pentecostés, donde además, se elevó una plegaria por la salud del Arzobispo Constancio Miranda Weckmann.
Este domingo, el último de los 50 días de la Pascua, es de gozo y alegría porque el Espíritu Santo ha venido a renovar los corazones y a encender el fuego del amor de Jesús. “Es necesario que pidamos que venga renovar nuestros corazones y encontrarle a la vida un sentido bonito”.
El evangelio de este día relata cómo Jesús se presenta ante sus discípulos, mostrando sus manos y el costado, antes de enviarlos a predicar y soplarles para que recibiera cada uno el Espíritu Santo, para limpiarlos de sus pecados.
El sacerdote señaló que durante la Pascua se nos invitó a celebrar el triunfo de Jesús y hoy en el último día se derrama el Espíritu Santo sobre la iglesia y sobre cada uno de sus fieles.
Ante ello dijo que es una oportunidad para disponer el corazón, para que Jesús envié su espíritu a renovar la paz de la tierra, “Pobres de nosotros que nos decimos vivos, pero vivimos sin sentido, con miedo, angustia y resentimiento, criticando a los demás, pero no sabemos qué hacer con nuestra propia vida, a veces nos anclamos en el pasado diciendo que fue una mejor época, o vivimos anclados porque no sabemos capaces de perdonar y darnos una oportunidad de gracia”.
El presbítero exhortó a los fieles católicos a descubrir el regalo bonito de la salvación, a la vez que los invitó a descubrir en el silencio un espacio para comunicarse con Dios, tal como lo hizo Jesús y María, para que puedan descubrir el sentido y significado de la vida.
De la misma manera, los conminó a descubrir que el Espíritu Santo es hacedor de unidad y paz, “Animémonos a perdonar a no guardar resentimientos ni amarguras en el corazón”.
Invitó a vivir la alegría de la resurrección, pero sobre todo a descubrir el regalo de que Jesús no se quedó en la muerte, sino que resucitó para darnos vida en abundancia.
Este domingo la colecta de las celebraciones se destinará de manera íntegra a OCEAS que es la Obra de Clérigos en Ayuda Solidaria, recursos que se enfocan a brindar apoyo a los sacerdotes para cuestiones de salud, edad y para la pensión