El presidente municipal Marco Antonio Bonilla, celebró los 312 años de la fundación de la ciudad de Chihuahua, en donde rindió honor a la memoria de los padres fundadores, todos representados al pie de la estatua de Antonio de Deza y Ulloa, en la Plaza de Armas; subrayó que fue en 1718 cuando se expidió el decreto fundacional de San Felipe Real de Chihuahua.
Durante su mensaje destacó que ese decreto fundacional permitió acelerar el crecimiento comercial, que desde entonces ha impulsado a este municipio a ser y seguir siendo, el más importante del norte de México, lo que se ha logrado con una fuente inagotable de mujeres y hombres virtuosos.
El alcalde capitalino aprovechó para mencionar que uno de sus antepasados fue Don Juan de Bonilla, quien fungiera como escribano real y miembro del cabildo, cargo que comparó con el que hoy ocupa Santiago de la Peña, como secretario del Ayuntamiento.
Mencionó que este 12 de octubre también se celebra la hispanidad de nuestra América, y reiteró que de la historia se obtiene la corresponsabilidad del saber ser y de lo que ofrece el conocimiento, pues señaló que esto permite conocer la fuente inagotable de la grandeza de Chihuahua.
“Es el Chihuahua de las inversiones nacionales y extranjeras, es el Chihuahua del empleo bien pagado, de la vida y la familia; somos los vencedores del desierto, quienes hemos sabido conquistar la tierra árida”, dijo Bonilla Mendoza.
Mencionó que estas tierras han sido trascendentes a lo largo de la historia de México, pues dentro de la independencia fue aquí en donde se dio fin al cura Hidalgo, pero nunca murieron los ideales de independencia gracias a la sangre norteña que no permite que los ideales mueran, luego se recibió a Benito Juárez, estableciendo por poco más de un año en esta ciudad, la capital del país; en la revolución se tuvo una importante participación para consolidar el movimiento armado.
Finalmente enfatizó que Chihuahua es un pilar de la democracia en el país, lo que logró ver con Luis H. Álvarez, el primer alcalde de la oposición, y posteriormente se ha ratificado esa importancia, con la primera alcaldesa de Chihuahua y después la primera gobernadora, María Eugenia Campos.