Las clases a distancia obligadas por la contingencia sanitaria han ocasionado un rezago de hasta dos años en el aprendizaje académico en el alumnado de preescolar, primaria y secundaria, informó el subsecretario de Educación Básica del Gobierno del Estado, Lorenzo Arturo Parga Amado.
“Tenemos a alumnas y alumnos de quinto grado que llegaron con conocimientos de tercero, niñas y niños de sexto que llegaron con conocimientos de cuarto, y niñas y niños de tercero con poco conocimiento de la lectoescritura, y eso es un problema tremendo para nuestro sistema educativo”, expresó.
Señaló que una de las principales dificultades es que un 25 por ciento de la población estudiantil en Chihuahua difícilmente tiene acceso a internet, debido a la geografía natural del estado.
“Esto sin duda nos pegaba nosotros y desafortunadamente se ve reflejado en la deserción escolar que estamos teniendo no sólo en Chihuahua, sino en todo el país”, indicó.
Ante ello, el secretario de Educación y Cultura, Javier González Mocken, gestionó la instalación de 700 equipos de internet satelital y la próxima adquisición de 500 más, para un total de 1 mil 200 destinados a los planteles del nivel básico con mayor situación de vulnerabilidad.
Para la coordinadora estatal de Investigación y Posgrado de la Universidad Pedagógica Nacional del Estado de Chihuahua (Upnech), Esther López Corral, estimó que si bien no existen documentos que lo sustenten científicamente, se ha medido que el rezago es de por lo menos un año.
Indicó que la construcción del conocimiento es social, ya que no solamente aprender de la madre y padre o sus respectivos docentes, sino de la interacción con sus pares.
“Aprenden de otros compañeros otras formas distintas para resolver los mismos problemas, muchas veces lo mismo que les puede decir el adulto, se lo dicen los niños, pero lo aprenden del niño no del adulto”, señaló.
Mencionó que la literatura habla de que el conocimiento se basa en el andamiaje social, y “si lo pudiéramos medir en porcentajes es un 70 por ciento, ahorita estamos viendo las consecuencias adversas de que no lo hayan tenido”.
La investigadora señaló que el impacto es mayor en los grupos de menor edad que en aquellos como el adolescente, ya que este último tiene mayor oportunidad de socializar entre sí.
Observó que las clases virtuales, en el mejor de los casos, son una medida paliativa, pero nunca podrán sustituir al aprendizaje que se logra de manera presencial.
“Es una verdadera afectación la que ha sufrido la educación por la pandemia, pero no tenemos de otra más que esperar a que pase, y después establecer estrategias para revertir el rezago que ha ocasionado”, aseguró.