Las campanas replicarán durante un minuto el próximo 20 de junio para recordar a los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora Salazar y Javier Campos Morales, así como a todas las víctimas de la violencia en México, ello al conmemorarse el primer aniversario luctuoso de la masacre en el templo de San Francisco Javier, en Cerocahui, Chihuahua.
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El repique de campanas y la celebración de un misa especial serán parte de las acciones para recordar a las víctimas de hechos violentos y refrendar el compromiso por construir la paz.
Monseñor Ramón Castro Castro, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano a través de un video lanzó la invitación a estas dos acciones, pues el 20 de junio se recuerda como la sangre de los sacerdotes jesuitas fue derramada su sangre a manos de José Noel Portillo, ello tratando de salvar la vida de Pedro Palma, quien junto con ellos fue asesinado en el altar y a los pies del Sagrado Corazón de Jesús.
“Estas muertes violentas sacuden profundamente y convocan a múltiples acciones para exigir un alto a la violencia y construir la paz. En el primer aniversario de estas muertes, que se suman a tantas muertes violentas, desapariciones, y años de impunidad en México queremos convocar a dos acciones nacionales”.
La primera acción se realizará el 18 de junio, donde se convoca a cada parroquia y diócesis de México a celebrar una misa especial para hacer memoria de todas las víctimas en el país, que de igual manera se pida por las personas desaparecidas o no localizadas. En la Ciudad de México la celebración será a las 12:00 horas en la Basílica de Guadalupe, informó el padre Luis Gerardo Moro S. J., provincial de la Compañía de Jesús en México.
La invitación es para que los familiares y amigos porten la fotografía de sus seres queridos.
Por su parte, la Hermana Juana Ángeles Zárate Celedón, presidente de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México AR (CIRM) comentó que además se convoca a que el 20 de junio, a las 15:00 horas, se repliquen por un minuto las campanas de los templos y capillas en memoria de las víctimas de la violencia, que sea un clamor por la justicia y la paz. Durante ese minuto se invita a orar por esas víctimas.
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados”.
