Los desplazamientos humanos entre México y Estados Unidos representan uno de los fenómenos migratorios más significativos a nivel mundial, sobre todo por las problemáticas en materia de salud que las personas en movilidad están presentando, así lo compartió la maestra Carla González, quien es coordinadora de Enlace Comunitario Latino Stephenson Cáncer Center, Oklahoma University / Facultad de Filosofía y Letras.
González indicó en la mesa de expertos “Retos de los desplazamientos humanos: México-Estados Unidos”, que el principal conflicto que trae la migración es el riesgo para la salud de los migrantes, quienes se enfrentan a condiciones peligrosas durante su viaje como la deshidratación y hacinamiento en rutas migratorias clandestinas.
Este conflicto se deriva de la migración irregular, que se caracteriza por la falta de documentación o bien el cruce ilegal de las fronteras, el cual dificulta y limita la atención médica de las personas en situación de movilidad, quienes por las diversas barreras que existe en su situación se encuentran en un estado de vulnerabilidad que puede contribuir a problemas de salud física y mental.
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Sobre la salud mental, la docente comentó que las personas que migran, especialmente las que se encuentran en esta situación de forma forzada por violencia, suelen tener un mayor impacto en cuanto a la ansiedad, depresión e incluso presentan estrés postraumático.
Añadió que a pesar de que los migrantes pueden tener la posibilidad de acceder a los servicios de salud en Estado Unidos, este es desigual y está condicionado por el estado migratorio en el que se encuentran, siendo el idioma y ubicación geográfica una barrera que les impida aprovechar las oportunidades en el sector salud.
Mientras que en el sector de la salud materno infantil, las mujeres en situación de movilidad, sobre todo si son de Centroamérica sufren mayores riesgos, debido a que no tienen acceso a la atención prenatal, tienen dificultades durante el embarazo y el parto, dando como resultados desfavorables para la salud infantil.
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Carla González explicó que, para arreglar estas situaciones, es necesario que se implemente la protección de los derechos humanos, el acceso a la atención médica, programas de salud para migrantes, una educación y sensibilización sobre estos temas a la ciudadanía.
Por otro lado, el Padre Rafael García, de la Iglesia del Sagrado Corazón en El Paso, Texas indicó la importancia de apoyar a los migrantes con refugio durante su viaje, sobre todo porque su situación se debe sobre todo al desplazamiento forzado, donde huyen de situaciones que ponen en peligro su vida.
Bajo esta idea, el Padre García ha trabajado desde principios de los años 90 en una red de ayuda para las personas migrantes, donde con ayuda de parroquias adjuntas a esta red le brindan apoyo a los migrantes desde Panamá hasta Canadá.
Añadió que desde que la pandemia terminó, notaron un aumento en el flujo de los migrantes que llegan a la frontera de Estado Unidos, siendo en el año 2022 donde tuvieron la caravana más grande que se había visto de venezolanos hasta el momento, quienes en cuanto pasaron la frontera se refugiaron en la iglesia.
“Abrimos en su momento el gimnasio de nuestra escuela comunitaria para albergar a todos los que pudimos y desde entonces continuamos recibiendo gente los siete días de la semana a todas horas”, expresó el Padre Rafael.
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En sus años de servicio hacia la comunidad migrante identificó que hay múltiples retos de deben de tratar, siendo los principales las crisis de salud en la que llegan muchos de los migrantes, pues no es solo la deshidratación y heridas que obtuvieron en el camino, sino que, por los cambios bruscos de temperatura, estas personas llegan en situación de gravedad.
Asimismo, en el camino suelen sufrir separación familiar por las redadas por parte de las autoridades, por lo que llegan a Estados Unidos con miedo hacia las autoridades, reacios a aceptar ayuda queriendo huir lo más lejos que puedan de las fronteras.
El padre indicó que un 97 por ciento de los migrantes que llegan a El Paso, no duran ni una semana en la región y continúan su camino hacia el norte hasta que encuentran un lugar donde establecerse junto con su familia.
“Las iglesias están sirviendo como un puente para recibir y después para que las personas sigan con su camino”, el Padre García invitó a las parroquias de las ciudades donde se encuentran los migrantes a servir y apoyarlos, “es un privilegio y satisfacción ayudar a estar personas necesitadas”, expresó el Padre.